La Grave: esquí y montaña

Sentimos una atracción especial por ella. No sabemos si será por su nieve polvo, sus glaciares o sus empinadas canales, pero parece que estés en plena montaña y no en una estación de esquí. Pero lo que sí sabemos, es que La Grave causa adicción.

          Ficha Técnica                                               Mapa de Situación

         

No entendemos el esquí sin la montaña y por ello nos gustan especialmente aquellos lugares en donde ambos mundos se funden. La Grave es un pequeño pueblo en donde todavía se conserva el ambiente de montaña que tanto echamos de menos en otros lugares de los Alpes. Se encuentra en el fondo de un angosto valle rodeado de magníficas montañas que rozan, o incluso superan los 4000 m, como La Meije o Les Ecrins. Rodeado de verticales cascadas de hielo, su escalada es otro de sus atractivos en época invernal. No hay grandes edificios ni lujosos hoteles, pero el aire montañero impregna su oferta de alojamientos. Un rincón para saborear los placeres de la montaña sin más aditivos que los necesarios.

En La Grave esquías en plena montaña: un solo telecabina te lleva desde el pueblo a 1450 m hasta el glaciar de La Girose a 3550 m. Desde este punto accedemos a una zona de esquí sobre el glaciar, en la que nos encontramos con unas fáciles pistas verdes y azules. Cogiendo los telearrastres de este sector, y dando un corto paseo, podemos acceder a las vertientes de Les 2 Alpes o de St. Christophe. Pero no es esta zona la que ha hecho de La Grave un lugar de culto para el freeride, sino los casi 2100 m de desnivel para descender por las faldas de La Meije hasta el pueblo, sin pistas pisadas o balizadas. Auténticos itinerarios de montaña en los que nos podemos complicar tanto como queramos: desde rutas más o menos sencillas, hasta empinados corredores a los que sólo se accede mediante un rápel. Algunos de los más interesantes recorridos se adentran por terreno glaciar, y la compañía de los guías locales es necesaria si no se tiene experiencia alpinística. Gracias a ellos también conseguiremos aprovechar al máximo las jornadas, y nos mostraran las rutas menos trilladas.

Antes de tomar el telecabina, es imprescindible consultar el parte meteorológico, el del estado de la nieve y riesgo de aludes, que muy atentamente nos facilitarán los guías de montaña en el mismo edificio. Igualmente necesario es llevar Arva, pala y sonda en nuestra mochila. Debido a la orientación norte y a la protección que nos ofrecen los picos de La Meije y el Rateau, la nieve suele conservarse polvo durante muchas jornadas. El telecabina realiza dos paradas intermedias a 1800 m y a 2400 m, que nos permiten cogerlo de nuevo si no queremos descender hasta el fondo del valle. La estación superior nos deja en Les Ruillans a 3200 m, desde donde podemos enlazar con los remontes del glaciar de La Girose hasta los 3550 m. Desde Les Ruillans podemos descender por dos vertientes diferentes separadas por una larga cresta rocosa. La brecha Pacave es el único paso que comunica ambas vertientes, cada una de las cuales tiene sus propios atractivos que pasamos a describiros:

- VALLONS DE LA MEIJE:

Esta zona impresiona sólo con verla, pues nos encontramos al borde mismo de los glaciares de Rateau y La Meije. El hielo vivo, azul verdoso, cristalino, asoma entre el blanco de la nieve reciente, y nos recuerda que estamos en terreno verdaderamente alpino. Las oscuras grietas acechan y éste no es terreno para jugar si no se tiene la suficiente experiencia o se va de la mano de algún guía local. Si nos abstenemos de recorrer estos itinerarios glaciares, podemos disfrutar de unas amplias laderas, con algunos tramos estrechos y empinados, pero en ningún momento extremos. Debemos estar muy atentos a los aludes que puedan desprenderse de estos glaciares y pudieran alcanzarnos.

Las posibilidades en esta zona alta son muchas, y por la mayoría encontraremos huellas, aunque no debemos fiarnos de las más solitarias ya que podrían conducirnos a itinerarios expuestos. En la cota 2400 m podemos desviarnos a la izquierda para llegar a la estación intermedia de Peyrou d’Amont. Si decidimos seguir bajando, llegaremos hasta el límite del bosque. Aquí tenemos la opción de atravesarlo hacia la izquierda para llegar a la estación intermedia en la cota 1800 m, y acceder nuevamente al telecabina o seguir por el bosque hacia la derecha del valle, hacia Chalvachere, y por un estrecho pasaje llegar al pueblo.

- VALLONS DE CHANCEL:

Esta vertiente nos ofrece una cara más amable, aunque sólo sea porque es algo más soleada. Pronto nos encontramos con la posibilidad de volver a la vertiente de Vallons de la Meije por la brecha Pacave. Si no es así, continuaremos descendiendo hacia el refugio Chancel, cerca del lago de Puyvacher, en el que podemos tomar un respiro con unas magníficas vistas. Es en los contrafuertes que rodean el lago en donde encontramos unas canales cortas pero interesantes: los couloirs de Patou, la Banana y de Lac. Para acceder a ellos debemos desviarnos a la derecha justo por encima de los contrafuertes que caen al lago.

Couloir de Patou:

Es el que está más a la derecha (según bajas) y tienes que realizar una larga travesía. Es rectilíneo y algo estrecho arriba, y tiene unos 150 m de desnivel y 40º de inclinación.

Couloir de la Banana:

En el centro de las paredes que rodean el lago. Es curvo y ancho, de la misma longitud que el anterior pero algo menos empinado.

Couloir de Lac:

Es el que se encuentra más a la izquierda, con un estrechamiento que a veces tiene hielo. Algo más corto que el anterior, pero de parecida inclinación.

Por debajo de aquí, nos vamos introduciendo en la zona de bosque. Bosque de alerces y abetos, no muy espeso y salpicado de “rocotes” para saltar, y que en caso de mal tiempo será nuestra mejor opción. Debemos estar atentos en esta zona para no pasarnos la larga travesía que nos lleva a la estación 1800 m del telecabina. Mucha atención aquí: por debajo de esta travesía se encuentran los cortados que se precipitan hacia la zona de escalada en hielo, entre cuyas paredes descienden famosos corredores que nos llevarán hasta la carretera que va al Col de Lautaret. Desde ahí tendremos que buscarnos transporte hasta la estación.

Aquí os hemos comentado los descensos más asequibles, que no requieren el conocimiento de técnicas alpinísticas, ni contratar los servicios de un guía. Pero si queréis exprimir vuestras vacaciones, no lo dudéis: un guía os enseñará las rutas glaciares más bellas, los corredores más interesantes y dónde está la mejor nieve. Incluso podéis acceder a los descensos hacia el valle de St. Christophe, igualmente impresionantes. En este caso, asegúrate de que la nieve llegue hasta el fondo del valle, ya que si no es así, te espera una larga “calcetinada” hasta el pueblo, desde donde necesitarás transporte de vuelta.

Si sueñas con laderas de nieve polvo sin pisar, entre montañas de afiladas aristas y brillantes glaciares, en un ambiente de auténtica alta montaña, este lugar es para ti. Seguro que volverás.
Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Freeride

Couloir Sur de Los Cósmicos

Sin ser una canal extrema, el Couloir Sur que desciende desde la arista de Los Cósmicos hasta el Valle Blanco, supone una actividad técnicamente difícil por su inclinación que en la parte superior en el collado llega hasta los 55º o algo más, y algo expuesta por las rocas de su zona media. Es la “guinda” al descenso hasta Chamonix.

Ficha Técnica                                        Mapa de Situación

                    

Ya llevábamos varios días en Chamonix esquiando en algunos de sus muchos sectores repartidos por todo el valle. Sin duda, bajar por los glaciares de Argentiere o por el de La Mer de Glace es una de las actividades más interesantes pero que dejan una sensación contradictoria: una actividad en un lugar impresionante, pero abarrotado de gente que sin el nivel técnico suficiente baja como puede entre las grietas gracias a los guías.

Necesitamos encontrarnos con la montaña, así que hemos puesto los ojos en una canal corta pero que llega hasta la misma arista de Los Cósmicos que desde el plató del Valle Blanco se eleva hasta la Aguja del Midi.

Entramos por abajo y remontamos la canal ya que queremos estudiar el paso entre rocas de su parte media y el estado de la nieve en la zona superior más empinada.

Según nos vamos acercando comprobamos que la nieve se encuentra bastante podrida y rehelada por lo que los crampones son imprescindibles. Una vez superado el estrechamiento, la pendiente gana grados progresivamente hasta la parte final.

Los últimos metros antes de llegar a la arista son verdaderamente empinados. Le calculamos algo más de 55º en la zona final.

En la arista encontramos una buena repisa en donde calzarnos los esquís tranquilamente y respirar profundo antes de afrontar esta canal que, aunque corta, tiene todos los ingredientes de la alta montaña: inclinación, nieve complicada y algo de exposición.

La primera travesía entre rocas para llegar a la pala inicial, resulta muy aérea y expuesta por lo que llevamos el piolet en la mano. Una vez en la pala, la nieve transformada en parte nos parece poco de fiar, por lo que cuesta tomar la decisión para dar el primer giro en esta pendiente tan empinada. Allá vamos…

Primer giro, y la nieve se desliza en coladas que pueden arrastrarnos. Tenemos que seguir giro a giro y de uno en uno. Poco a poco vamos perdiendo inclinación y ganando confianza.

La zona intermedia de unos 45º o 50º tiene nieve blanda y enganchosa pero ya hemos cogido tono y, aunque no perdemos concentración, descendemos sin más problemas hasta la zona del estrechamiento.

El estrechamiento sigue en sombra, con nieve podrida y rehelada y lo peor, con muchas rocas aflorando. Sin duda es la zona más expuesta por lo que volvemos a pasar de uno en uno y giro a giro.

Después llegamos a las amplias palas que van abriéndose y perdiendo inclinación hasta el Valle Blanco. Aquí ya se le puede dar cera y enlazamos giros despreocupadamente hasta donde se encuentran nuestros compañeros.

Bocata, trago de agua y a disfrutar del largo descenso por el glaciar hasta La Mer de Glace, entre imponentes seracs y profundas grietas. Aprovechamos algunas zonas seguras para jugar entre los bloques de hielo azul que poco a poco nos van llevando hasta la boca final del glaciar, en Montenvers.

Una corta subidita por la morrena lateral con los esquís a la espalda, nos deja en el camino de regreso a Chamonix. Un tranquilo camino de bajada por el bosque, muy entretenido y que conduce hasta el mismo pueblo. La guinda a esta espectacular jornada.

Chamonix es infinito.
Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña

Chamonix: esquiando La Mer de Glace

Desde que leí hace ya muchos años, el libro de “Hielo, nieve y roca” de Gaston Rebufat, la atracción que despertó en mí este pueblo de los Alpes, me ha llevado a volver una y otra vez allí. Y cada vez que vuelvo, me da la sensación de seguir descubriendo un lugar especial. Esta vez, mis hijos y sus amigos me han proporcionado una nueva perspectiva: Chamonix, cuna del alpinismo y “meca del freeride”.

Ficha Técnica                                                  Mapa de Situación

                       

A pesar de que esquiar en estas estaciones es algo verdaderamente atractivo, aquí hay que priorizar y hay que saber elegir las zonas según nuestros gustos. Y es que Chamonix es desde hace tiempo lugar de culto para los especialistas del alpinismo y el freeride. Esquiar teniendo de fondo los glaciares del macizo del Mont Blanc, saltar por encima de un serac de hielo azul o afrontar una empinada pendiente enmarcada entre paredes de granito rojo es algo en lo que llevábamos tiempo soñando.

Impresionantes agujas de granito rojo envueltas por el azul del hielo.

Después de recorrer el glaciar de Argentiere, nos dirigimos al telecabina de la Aguja del Midi, que de un plumazo te deja a 3840 m de altitud, en la misma punta rocosa y a las puertas del Valle Blanco. Por aquí también es imprescindible el material de rescate en aludes, de progresión glaciar y el de seguridad, y conocer las técnicas alpinas de progresión y rescate. Si no es así, más vale contratar los servicios de algún guía, si queremos incluso español de los que trabajan habitualmente en este valle.

Telecabina hacia la Aguja del Midi. Foto: Almudena Dorda

El aéreo descenso de la arista.

En invierno tallan una autopista hasta el glaciar.

La Mer de Glace:

Si los más de 2000 m de desnivel de Grands Montets no han sido suficiente para nosotros, todavía nos queda el descenso desde la Aguja del Midi hasta el mismo pueblo de Chamonix a 1035 m. Sus 2850 m de desnivel hacen de estos itinerarios los grandes objetivos de una visita a Chamonix. Descartando otras opciones de descenso más extremas, como el couloir de Los Cósmicos por ejemplo, el descenso desde esta aguja es siempre exigente.

En las empinadas palas que desde la arista del Midi, descienden pegadas a los contrafuertes de roca.

Cuanto más nos peguemos a la roca, más pendiente encontraremos.

Nos ha sorprendido mucho encontrarnos personas con un nivel de esquí muy limitado que animados por la fama del lugar y con el pensamiento de que un guía esquiará por ellos, se adentran en este terreno glaciar para sufrir, o lo que es peor, para romperse algún hueso. El trajín de los servicios de socorro evacuando esquiadores que por sus carencias acaban accidentados, es tremendo. Continuamente aparecía el helicóptero al rescate de algún herido con una muestra de profesionalidad y soltura que sólo lo proporciona la continua práctica a la que están sometidos. Hemos llegado a ver a algún guía con más de diez clientes ayudando a alguno de ellos casi a abrir la cuña en los lugares complicados. ¡¡¡SORPRENDENTE!!!

Los gendarmes preparados para uno de tantos rescates.

El trasiego del helicóptero de rescate es continuo.

Al margen de esto, el lugar es brutal y el solo hecho de bajar por allí esquiando, te deja con la boca abierta. No das abasto para mirar y admirar el paisaje. El descenso desde la cima de la Aguja del Midi hasta el plató del Valle Blanco no es esa afilada arista del verano, si no que escavan en ella unos pasillos con barandillas por los que podemos bajar andando sin ningún problema. Las variantes para descender son muchas, pero principalmente vamos a poder hacerlo por tres itinerarios igualmente impresionantes:

Paloma en las inmensas rampas del Valle Blanco.

Únicamente debemos estar alerta con las grietas ocultas.

•    El itinerario más frecuentado y más largo nos llevará a dirigirnos al gran plató del Valle Blanco y atravesarlo hacia el collado del Gros Rognon, dejando a la derecha la impresionante vertiente norte del Mont Blanc de Tacul. Pasada la zona de grietas del collado, al panorama se amplía y giramos hacia el sur descendiendo por el glaciar du Geant enmarcado por los contrafuertes graníticos de la Aguja du Diable, la Pirámide de Tacul o la imponente torre del Grand Capucin. Un poco más allá aparece la helada cara norte de la Tour Ronde y el afilado Dent du Geant hacia el que nos dirigimos, dando un rodeo hacia la izquierda. Ahora ya en dirección norte nos aproximamos al pie del Petit Rognon, en donde el glaciar principal vuelca sus hielos en un caos de seracs hacia el plató que conformará La Mer de Glace. Esta es la zona más complicada del descenso ya que el paso está encajonado entre la cascada de seracs y los espolones rocosos del Petit Rognon. Es una zona en la que puede aflorar el hielo vivo del glaciar y los pasos son obligados y estrechos. Una vez pasada esta parte, el glaciar pierde pendiente y nos dejamos deslizar para atravesar los llanos.

La Punta Hellbronner al fondo.

Y el Dent du Geant.

Llegando a la cascada de seracs que lleva a la Mer de Glace.

•    Otro de los itinerarios más frecuentados parte justo del final de la bajada de la Aguja del Midi. En cuanto llegamos al llano tenemos que dirigirnos en dirección este para descender por el auténtico Valle Blanco entre el Grand y el Petit Rognon. Existen dos posibilidades, una pegada al Grand Rognon hacia la derecha, y otra por la zona central del glaciar pero más próximos al Petit Rognon. Este descenso sortea más zonas de grietas que el anterior y se une a él justo antes del paso estrecho por la derecha de la cascada de seracs.

Entre el Grand y el Petit Rognon.

Alberto SPA telemarkeando entre los seracs de la cascada que vierte a la Mer de Glace desde el glaciar du Geant.

•    La tercera alternativa sería descender desde la arista del Midi para pasar por el glaciar entre el Petit Rognon y el Dent du Requin. Este itinerario nos lleva a las proximidades del refugio Requin en donde podemos tomarnos un descanso, y descender después hasta La Mer de Glace.

 

Alberto SPA saltando en las pendientes del glaciar del Valle Blanco, entre el Gran y el Petit Rognon.

Juego de luces entre los seracs.

En la parte final del descenso de La Mer de Glace encontramos tubos serpenteando por la superficie del glaciar  producidos por el deshielo en verano, cuando el agua fundida fluye en torrentes por la superficie del mismo. Son divertidos de seguir, pero hay que estar atentos a los sifones horadados por el agua y que dejan oscuros pozos que se hunden en las entrañas del hielo. Siguiendo el glaciar hasta su final, llegamos a la boca de éste, en donde el hielo ha formado una enorme gruta por donde emana el agua de fusión. La contemplación de esta bóveda de hielo azul y verde, más duro que la piedra que va horadando, nos da una idea de su poder.

Jugando en los llanos de La Mer de Glace por los serpenteantes tubos formados por el deshielo del verano.

Llegando a la boca de la gran bóveda que forma la Mer de Glace en su final.

Asombrados de la dureza y transparencia del hielo ancestral del glaciar y que año tras año va disminuyendo inexorablemente.

Dentro de la gruta no hay que permanecer demasiado tiempo.

Desde aquí, y con los esquís a cuestas, ascendemos la morrena del glaciar hasta el hombro en el que hay una cabaña en donde podemos tomar un merecido almuerzo. En este punto, y si la nieve es suficiente, podemos volver a calzarnos los esquís y bajar por un ancho y zigzagueante camino, que atravesando el bosque nos lleva hasta el mismísimo pueblo de Chamonix.

A partir de aquí, remontando la morrena, podemos esquiar hasta Chamonix si la nieve nos lo permite.

Y el entretenido camino de vuelta por el bosque que nos lleva hasta el mismo pueblo.

Y aunque nosotros no tuvimos la suerte de disfrutar estos descensos con “powder”, las largas jornadas esquiando entre los brillantes seracs azules y los colosos de granito rojo del macizo del Mont Blanc, hacen que nada más volver ya estemos deseando regresar a ese paraíso de HIELO, NIEVE Y ROCA.
Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña

Chamonix: esquiando el glaciar de Argentiere

Chamonix es desde hace tiempo lugar de culto para los alpinistas y esquiadores de montaña. Esquiar teniendo de fondo los glaciares del macizo del Mont Blanc, saltar por encima de un serac de hielo azul o afrontar una empinada pendiente enmarcada entre paredes de granito rojo es algo en lo que llevábamos tiempo soñando.

Ficha Técnica                                        Mapa de Situación

                    

Tras la toma de contacto por los núcleos más esquiables, el resto del tiempo lo dedicamos a lo que realmente nos ha traído aquí: los dos grandes sectores que hacen de Chamonix un lugar único, el glaciar de Argentiere y La Mer de Glace. Tenemos que ser conscientes del terreno por el que vamos a movernos: la alta montaña. Esto implica la necesidad de llevar y saber manejar el material adecuado, así como el conocimiento de las técnicas alpinísticas imprescindibles en terreno glaciar: progresión y rescate. Si no poseemos estos conocimientos será necesario contar con la ayuda de un guía profesional.

Plató del glaciar de Argentiere con el Mont Dolent al fondo.

Mirando el azul hielo del glaciar.

En cuanto al material necesario, al menos debemos llevar lo siguiente:
– Material para rescate en aludes: arva, pala y sonda
– Material de progresión glaciar: arnés puesto, mosquetones, cintas, cuerda y material para polipastos.
– Material de seguridad: crampones, piolet y casco.

Bajando desde Grands Montets hacia el glaciar de Argentiere.

Siguiendo la margen izquierda del glaciar.

El glaciar de Argentiere:

Desde el pueblo de Argentiere a 1252 m ascendemos en telecabina a les Grands Montets a 3275 m, es decir, más de 2000 m de desnivel esquiable y orientado al norte de manera que la nieve se conserva de manera excepcional. Existen tres descensos principales, todos por glaciar por lo que aconsejamos ir con el arnés puesto y el material suficiente para rescate en grietas. Los itinerarios principales son los siguientes:

Alberto SPA con las agujas de Chardonnet y Argentiere al fondo.

Seracs en la zona de encuentro del glaciar de Rognons con el de Artgentiere.

•    Desde la estación superior del telecabina accedemos al glaciar que baja de la Pequeña Aguja Verte para pasar a la ladera este de la montaña por el collado que separa estas agujas. Desde allí podemos descender por el itinerario balizado que pegado a la arista rocosa va rodeándola hasta que gira a la ladera norte de la montaña y regresa a la zona de remontes. Es un descenso con pocos riesgos, laderas amplias y suele estar bastante transitado.

Aviso de los peligros que supone esquiar por glaciar.

Paloma con la cara norte de Les Droites detrás.

Ladera que baja al plató del glaciar de Argentiere.

•    Otro itinerario parte de ese mismo descenso pero atraviesa la arista en su parte superior y accedes a la ladera norte, justo bajo la línea del telecabina. Por esta ladera podemos buscar las palas menos pisadas, pero siempre con la precaución de movernos por zona glaciar.

El impresionante circo glaciar de Les Courtes y el Mont Dolent.

Entre los seracs del glaciar de Rognons.

Vuelazo entre los seracs del glaciar de Argentiere.

•    Partiendo del mismo collado que los itinerarios anteriores, pero desviándonos hacia las paredes de la derecha según descendemos, llegamos a la salida de la zona balizada para bajar directamente hasta el mismo glaciar de Argentiere. Las variantes aquí son muchas y en general, cuanto más nos desviemos hacia la derecha, más grietas y seracs encontraremos. Es una zona en la que con niebla no conviene introducirse si no conocemos el terreno. Sin embargo, si nos desviamos a la izquierda llegaremos a unos empinados tubos que dan acceso al glaciar de Argentiere y que salvan los contrafuertes que el retroceso de los hielos han dejado en las paredes de roca del valle. Desde allí, y siempre por la margen izquierda del glaciar vamos perdiendo altura hasta llegar al resalte en donde el glaciar se precipita bruscamente al fondo del valle. En ese punto debemos desviarnos a la izquierda para evitar los grandes cortados que te escupen al fondo del valle. Así vamos girando hacia la ladera norte como en los otros itinerarios.

Y con Telemark también se vuela.

Turno de Álvaro saltando entre los hielos. 

Y Alberto sobre las grietas.

Pero el descenso no acaba aquí y es que todavía nos quedan las interesantes y empinadas laderas de bajada al pueblo, por un precioso bosque de alerces y luego de abetos, generalmente con una nieve muy fría y poco transformada. De hecho, si hace mal tiempo y hay buena nieve, es en esta zona de Grands Montets donde más se puede disfrutar.


Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña

Freeride en Chamonix

Hace ya unos cuantos años que llevé a mis hijos por primera vez a Chamonix y llegamos de noche y con el cielo cubierto. Por la mañana me despertaron a voces asombrados por esa montaña tan alta y blanca que asomaba por encima de todas las demás cimas del valle: el Mont Blanc. Desde entonces hemos vuelto allí unas cuantas veces más, para pasear, escalar y hacer esquí de montaña. Pero en esta ocasión, el objetivo era el freeride. 

     Ficha Técnica                                                Mapa de Situación

                  

El Valle de Chamonix tiene una serie de núcleos esquiables conectados gracias a los autobuses que recorren el valle y existe un forfait que incluye a todos ellos. Podemos esquiar con el “Chamonix Le Pass” que incluye 110 km de pistas y 48 remontes agrupados en tres núcleos principales:

Con la mirada puesta en el Mont Blanc …

… Chamonix vive al amparo de sus 4807 m.

 - Dominio de Balme y Le Tour: desde le pueblo de Le Tour o Vallorcine, accedemos a este núcleo con unas pistas amplias, despejadas y fáciles desde las que tenemos una perspectiva impresionante del valle.

A pesar de que hacía tiempo que no nevaba, siempre puedes encontrar rincones de polvo.

Atención a las laderas sur a partir de mediodía.

- Les Grands Montets: Desde el pueblo de Argentiere podemos acceder hasta la cota 2765 m en las laderas de Grands Montets, pero no incluye el acceso a la zona alta de esta montaña y no podremos llegar al glaciar de Argentiere. Debido a su orientación norte, es fácil encontrar nieves profundas y no podéis perderos la zona de bosque que llega al pueblo.

Con las Agujas Rojas a nuestros pies.

La orientación norte de Grands Montets nos garantiza buena nieve.

- La Brevent y La Flegere: Este núcleo en las Agujas Rojas nos ofrece la inigualable panorámica completa del macizo del Mont Blanc. Sus fuera de pista son especialmente interesantes para el freeride, con sectores muy exigentes. Aquí es más difícil encontrar la nieve polvo, pero si tenéis esa suerte, aprovechadla.

Telecabina de La Brevent

Con el macizo de Aravis al fondo.

Además podemos optar por el pase “Mont Blanc unlimited” que incluye poder esquiar en tres países: Francia, Italia y Suiza. Tenemos disponibles 410 km de pistas y 124 remontes mecánicos los siguientes lugares:
- Domino de Les Houches: Con unas pistas bien preparadas entre los abetos y alerces al pie de las Agujas de Gouter y Bionnassay. Podemos acceder desde el pueblo de Les Houches o desde Le fayet.

Zona de pistas suaves y bosque en Les Houches.

Aquí encontramos magníficas pistas.

- Tramo superior de Grands Montets: Este telecabina nos permite acceder a una de las zonas más interesantes del valle: el glaciar de Argentiere. Esquiar junto a sus seracs y además enlazar con los bosques que llevan al pueblo, hacen de este núcleo uno de los imprescindibles para recorrer.

Esta zona conserva casi siempre muy buena nieve.

Bajo el telecabina de Grands Montets.

- Aguja del Midi: Con este telecabina accedemos al Valle Blanco y los recorridos por La Mer de Glace, y nos permite también enlazar con la Punta Hellbronner para llegar hasta Courmayer. Las posibilidades son infinitas y necesitaríamos más de una vida para recorrerlas.

El Mont Blanc que lo domina todo.

Alberto SPA con la Aguja del Midi al fondo.

- Courmayeur: Este pase nos permite también esquiar en todo el dominio de Courmayeur en Italia, algo que por sí solo ya nos llevaría unas cuantas jornadas. En sólo diez minutos a través del túnel del Mont Blanc podemos también esquiar en Italia.

Y el pueblo al fondo del valle.

El paisaje es espectacular.

- Verbier: Y si tenemos tiempo suficiente podemos esquiar también en este dominio esquiable suizo, famoso por sus excepcionales recorridos de freeride, con acceso al famoso Mont Gele y sus vertiginosas vertientes.

Alberto volándose una buena roca.

En la zona baja es el bosque de abetos rojos el que domina el paisaje.

Para reconocer el terreno y tomar contacto con el valle, dedicamos el primer día al sector de las Agujas Rojas. Sus fuera de pistas son muy interesantes y encontramos en su parte alta laderas amplias interrumpidas por barreras rocosas, perfectas para buscar saltos o cortos corredores. Por debajo de esta zona el bosque se adueña del paisaje y tenemos que elegir bien nuestro descenso para no quedarnos lejos de los remontes. Debido a su orientación sur y a las altas temperaturas que tuvimos, a partir de mediodía había que ser muy precavido por el riesgo de aludes de fusión y de hecho algunas laderas se derrumbaron en aludes de fondo.

El formidable obelisco del Dru …

… y la Aguja Verte de telón de fondo.

Aún así, esquiar con la impresionante panorámica completa del macizo del Mont Blanc de fondo decorativo, es algo que uno no se puede perder.

Visitando a nuestros amigos de ZAG SKIS en el pueblo de Argentiere, en donde podréis consultar las mejores zonas y probar su gama de esquís.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: ESQUÍ, Freeride

Val d’Isere: freeride con encanto

En Val d’Isere caminamos entre la tradición de sus preciosas casas de madera, y la modernidad de tiendas y boutiques de sus calles. Y en sus montañas esquiamos entre las mejores pistas de Copa del Mundo, y  unos itinerarios de laderas vírgenes y bosques alpinos con mucho encanto.

     Ficha Técnica                                             Mapa de Situación

                   

El pueblo de Val d’Isere es uno de los más bellos de los Alpes, con la mayor parte de sus construcciones respetando la tradicional arquitectura de madera de la región. Pasear por sus calles resulta cómodo debido también al interés por favorecer al peatón y al esquiador en detrimento de los vehículos. Muchas calles son peatonales y los vehículos deben estacionarse sólo en los parkings, dejando que en ellas la nieve se mantenga con una fina capa, ya que el rociado de sal está prohibido por ser perjudicial para el medio ambiente (a ver si aquí tomamos nota).

 Escultura de nieve a la entrada del pueblo. 

Su cota máxima se encuentra en la Punta Montet de 3450 m y la mínima en le pueblo de  La Daille a 1785 m. Cuenta con 65 remontes y unos 150 km de pistas. Existen alojamientos para todos los gustos, sobre todo para los más exquisitos, y es que al pasear por sus calles en seguida adviertes que éste es un pueblo con todos los lujos: 50 boutiques de moda y de marcas famosas del mundo del esquí, galerías de arte, 10 salas de Spa, … Y más de 90 restaurantes, algunos con estrellas Michelín como: “La Becca” familiar y tradicional; o “La Table de l’Ours” mezcla de tradición y modernismo; o “L’Atelier d’Edmond” homenajeando la cocina de montaña. Entre los hoteles os mencionaremos “Le Kandahar” 3*, tradicional, familiar y muy agradable.

Mejor no pasar por debajo de algunas cornisas.

Escalera de emergencias poco transitable.

Pero vamos a hablar de lo que fundamenta este pueblo alpino: su nieve. Val d’Isere constituye junto a Tignes el “Espace Killy”. Estas dos estaciones poseen cada una su espíritu particular, que se conjuntan y complementan para satisfacer a todo tipo de esquiador. El sector del Estadio Olímpico de Bellevarde es uno de los grandes atractivos de esta estación y la pista negra de “La Face” requiere toda nuestra técnica. Aquí se encuentra el estadio olímpico y al asomarnos e imaginarnos la velocidad que alcanzan los corredores en estos muros, se nos ponen los pelos de punta.

Llegando a los chalets de Val d’Isere desde La Manchet.

Fernando Martínez bajando hacia Le Chatelard.

Mientras que Tignes concentra una mayor cantidad de zonas freeride interesantes, técnicas y difíciles, Val d’Isere puede presumir de tener descensos especialmente bonitos y variados, con zonas técnicas y otras más “disfrutonas” por el bosque. Para nosotros que siempre vamos buscando lo menos pisado, estas han sido las zonas que más nos han gustado:

En Val d’Isere no es difícil encontrar la nieve polvo.

Sectores freeride:

Le Vallee Perdue:
Zona de amplias laderas por medio de la cual discurre una garganta entre agujas de roca, tan estrecha que a veces tienes que encoger los hombros para poder pasar. Los cortos tubitos que acceden a ella son espectaculares. Al final no te queda más remedio que abandonar la garganta y atravesar el bosque hasta “La Daille”.

Lanzado a la garaganta del Vallee Perdu…

… una de las zonas más atractivas de Val d’Isere…

… con rincones de lujo…

… y gargantas que más parecen cuevas.

Le Manchet:
El telesilla del “Grand Pre” nos permite acceder a las laderas que rodeando  el “Rocher du Charvet” nos llevan al valle de “Le Manchet”. Aquí tenemos palas amplias con algún que otro tubo interesante que discurren a espaldas de las instalaciones y nos acercan a la montaña. Siguiendo hasta el fondo del valle, llegamos al barrio de Le Chatelard pero os recomendamos que ascendáis en el “Manchet Express” para acceder a otra zona interesante: la que abarca entre las pistas de “Marmottons” y “Piste S”.

Rodeando La Rocher du Charvet.

Hacia el valle de La Manchet.

Refugio de Fond des Tours:
En la zona alta de “Solaise” y subiendo en el telesilla de “Cugnai” accedemos a otro valle que baja hacia “Le Manchet” pasando por el Refugio que hemos mencionado. Son laderas muy amplias y en general poco visitadas, en las que no será difícil encontrar líneas en donde abrir nuestra huella.

Acceso algo delicado y empinado.

Hay que rebuscar por enlazar los tubos.

Le Grand Vallon:
Desde el telesilla de “Signal” hasta el pueblo de “le Fornet” tenemos otro gran descenso, largo y variado. Laderas amplias que dan acceso a la zona de bosque que lleva hasta el pueblo. Aquí, alejados de las aglomeraciones de las pistas podremos saborear la tranquilidad de estas montañas.

Hacia el pueblo de Le Fornet.

Saltando en la zona del bosque de alerces.

Solaise:
Y otras dos zonas con cierto interés son la zona de esquí de glaciar y los tubos de “Solaise”. Las palas que llevan desde la Punta de “Montet” a 3488 m en donde se encuentran los glaciares que permiten el esquí de verano, hasta el Col d’Iseran a 2762 m. La nieve suele encontrarse en buenas condiciones por el frío de estas alturas, pero también es una zona muy venteada por lo que tendremos que buscar donde haya habido acumulaciones (ojo a las placas de viento). Desde “Solaise” hacia “Le Laisinant” tenemos cortos pero difíciles tubos, algunos de ellos cortados y que debemos estudiar desde abajo antes de introducirnos en ellos.

Laderas amplias y nieve fría en la zona del glaciar.

En uno de los tubitos que bajan desde Solaise.

Hay que estudiarlos bien antes de entrar en estos estrechos tubos.

Ya seamos  más “pisteros” o más “riders”, Val dÌsere gusta a todos. Sus chalets de madera, sus modernos remontes, sus cuidadas pistas y su nieve polvo hacen unas vacaciones perfectas. ¿Se puede pedir más?

Hacia La Daille.

Oficina de turismo de Val d’Isere: www.valdisere.com
Hotel Kandahar: www.hotel-kandahar.com
Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Freeride

Tignes: ¡esquí por un tubo!

Y es que los tubos, canalones y pendientes empinadas de Tignes nos han hecho disfrutar de unos blanquísimos días en los Alpes. Una segunda semana de enero con abundancia de nieve que nos ha permitido aprovechar el desnivel de casi 2000 m desde los glaciares de La Grande Motte hasta Les Brevieres.

Ficha Técnica                                   Mapa de Situación                                        Vídeo

   

A estas alturas no vamos a descubrir nada de esta superestación que no se haya dicho ya, aunque esperamos sorprenderos con algún que otro rincón, de esos que merecen una visita. Tignes es una de las grandes estaciones de los Alpes, con nieve tanto en invierno como en pleno verano. Sus datos no dejan lugar a dudas: 300 km de pistas, 10.000 hectáreas esquiables, 79 remontes mecánicos, casi 1000 cañones de nieve artificial, 155 pistas de las que 26 son negras, casi 2000 m de desnivel, 2 snowparks, un boardercross, 2 glaciares esquiables, … Esta claro que no es por casualidad que aquí se celebre el “Winter X Games Europe 2012”, el mayor evento Freestyle del continente.

Val Claret y Le Lac al fondo.

Un buen comienzo de temporada ha hecho que en la estación de Tignes tuviera la práctica totalidad de sus remontes abiertos. Eso sí, el viento repartió por desigual el manto nivoso y arrastró la nieve a los valles haciendo que en ellos el espesor fuera mayor que en las zonas más altas. Así, esquiar el desnivel de casi 2000 m entre los glaciares de la Grande Motte a 3450, y los chalets de Les Brevieres a 1550, dejan a cualquiera sin aliento.

3200 hectáreas de fuera de pistas.

Nada más llegar y con las buenas perspectivas de nieve y de sol para los días siguientes, nos informamos acerca de las condiciones y los sectores más interesantes para el freeride. Acababa de terminar un periodo de nevadas y todo el mundo estaba ansioso de estrenar la nieve polvo caída. Con nuestros esquís “Zag” para paquetones, todos los archiperres de prevención y seguridad, y una buena dosis de prudencia, nos dirigimos a los sectores que nos habían aconsejado.

Casi 2000 m de desnivel desde los glaciares de La Grande Motte.

Sectores interesantes para freeride:
•Pramecou:
El acceso lo efectuamos con otro corto paseo desde la base del remonte de “Vanoise” al pie de los glaciares de la Grande Motte. Aquí encontramos también canales y algunas buenas laderas amplias.

Vista del sector de Pramecou.

Desde el glaciar de La Grande Motte, una travesía nos lleva a la parte alta de Pramecou.

Una zona orientada al norte en donde abunda la nieve polvo.

Aquí la nieve polvo se conserva bien dada su orientación y altitud.

 •Aguja de Chardonnet:

Gracias a los remontes de “Grattalu” y al de “Aiguille Percee”, y con una pequeña caminata, accedemos a una de las zonas freeride más interesantes, con numerosos y variados corredores: desde amplios en donde el giro no es un problema, hasta estrechos y empinados para culebrear entre las rocas.

Sector de la aguja de Chardonnet.

Cerca de la Aiguille Percee con la nieve barrida por el viento.

Entre Chardonet y Percee.

Álvaro entrando en esta ladera norte.

 •Tignes tuffs:

Sector de los tubos entre “Le Lac” y “Val Claret”: aquí llegamos gracias al telecabina de “Lavachet” y descendiendo algo por la pista de “Crocus”. Preciosa zona de largos y estrechos tubos (a veces demasiado estrechos) entre paredes y agujas de roca amarilla. Hay que asegurarse de que el tubo que queremos descender tiene paso y no equivocarnos al empezar, ya que algunos pueden no tener continuidad.

Los Tignes tuffs justo encima del lago.

Los hermanos Pantoja en mitad de una de las canales que llegan a Le Lac.

Fernando y Luis al comienzo de uno de los tubos.

Uno de los numerosos tubos sobre Le Lac.

Estrechos y empinados pero con una nieve perfecta.

 •Vallon de la Sache:

Desde la famosa “Aiguille Percee” y en la margen izquierda (según se baja) de la pista de “la Sache”, se extiende este valle que va estrechándose hasta el punto de que se convierte en una estrecha garganta de la que tenemos que salir atravesando el bosque de alerces hasta el telecabina de “la Sache”. Una gran excursión.

Saliendo hacia el Vallon de la Sache.

Saltando por el tejado de una cabaña en la zona intermedia del Vallon de La Sache.

Preciosa excursión hacia Les Brevieres.

Llegando al bosque de alerces.

 Travesía final para volver a los remontes.

Oficina de turismo de Tignes: www.tignes.net

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Freeride

Esquí de verano en Les Deux Alps

Los 2 Alpes en verano son mucho más que esquiar en un glaciar: saltar en el snowpark, volar en parapente, hacer trekking o escalada. Pero si te gusta el descenso en bici de montaña, aquí vas a disfrutar.

     Ficha Técnica                                               Mapa de Situación

                    

Todos los que esquiamos conocemos o hemos oído hablar de su nieve y sus pistas en invierno, pero queríamos saber si cuando en Madrid nos cocemos de calor, merece la pena escaparse a esquiar a los glaciares de los Alpes. ¡¡ Y vaya si merece la pena!! No sólo por la nieve, si no por el resto de actividades que podemos practicar en esta estación.

El glaciar de Mantel

Nos levantamos temprano ya que desde las 7,15 funciona el telecabina Jandri Express que nos lleva directamente desde los 1650 m de la estación hasta el glaciar a 3200 m de altitud. Es uno de los glaciares esquiable más grande de Europa y sus pistas ocupan 90 hectáreas entre los 2900 m y los 3600 m, ofreciéndonos 700 m de desnivel esquiable. La zona de esquí de verano se asienta en un elevado plató a caballo entre Los 2 Alpes y La Grave (en invierno existe conexión entre ambas estaciones), sobre los glaciares de Mantel y La Girose. Esta situación “mesetaria” hace que su movimiento de reptación montaña abajo sea muy lento, por lo que el calentamiento global tiene, de momento, escaso impacto en él.

No conviene salir de las zonas balizadas.

Contamos con 16 remontes mecánicos abiertos (2 telecabinas, 1 teleférico, 4 telesillas, 7 telesquís, 1 telebaby y 1 funicular) que nos dan acceso a 8 pistas (2 verdes, 4 azules y 2 rojas). En la parte intermedia, en el Dome de Puy Saliè a 3420 m, se encuentra la zona para debutantes a la que podemos acceder a través del funicular subterráneo que pasa por debajo de los glaciares mismos. Existe un estadio de slalom en donde entrenan muchos equipos de competición, sobre todo franceses e italianos. Sus condiciones son perfectas a primera hora, con la nieve bien helada. Algunos marcajes están abiertos al público para poder medir nuestra destreza pasando puertas.

Aprendiendo a esquiar con el Mont Blanc de fondo.

En el estadio de slalom.

Pero son sus instalaciones para el Freestyle las que han dado fama a esta estación en el verano. Su snowpark crece año tras año desde que se abriera en 1994, ocupando en la actualidad 18 hectáreas divididas en zonas para debutantes, confirmados y expertos. Entre sus instalaciones cuentan con un halfpipe, un superpipe de dimensiones olímpicas, zona de slopestyle, un boardercross, etc. Allí no es difícil encontrarse a alguna de las figuras del freestyle asombrándonos con sus vuelos. En la zona más baja del snowpark tenemos un big airbag en el que ensayar todos los trucos que queramos.

Esperando turno en el snowpark.

Te pudes dar vuelazos como éste.

Big Air donde aprender a saltar.

A las 12,30 cierran los remontes para esquiar y aunque pueda parecer temprano, a esta hora la nieve ya se ha trasformado y en la zona baja del glaciar corre en torrentes por encima del hielo. Pero el día todavía no ha hecho más que empezar, y es el momento de cambiarnos de atuendo para seguir disfrutando de otras actividades igualmente interesantes. La estación está preparada para recorrerla por los itinerarios diseñados para las bicis de montaña y existen numerosos locales de alquiler de material adecuado. Si vamos a practicar descenso nos proporcionarán desde bicicletas apropiadas de descenso (sorprendentemente en muy buen estado), hasta corazas, rodilleras y cascos integrales. Los guantes corren de vuestra cuenta y os aconsejamos que os llevéis también vuestra coraza o espaldera, ya que las que alquilan suelen estar húmedas de la limpieza del día anterior y resulta un tanto desagradable.

Hasta el mismo glaciar podemos subir las bicis.

Itinerarios perfectamente preparados.

Existen escuelas de monitores de bici que además de llevaros por los itinerarios más interesantes, os enseñarán el correcto manejo y truquillos para controlar la máquina y os ayudaran en cualquier avería. Tenemos rutas turísticas con recorridos tranquilos entre los distintos núcleos de la estación. También existen itinerarios de ascenso a las cotas más elevadas que pondrán a prueba nuestras piernas y nuestro corazón. Pero la modalidad más practicada es el descenso y el freeride, con itinerarios y senderos clasificados por su dificultad al estilo de las pistas de esquí.

Subir en telecabina te da un poco de aliento.

Llegando a la estación.

El acceso se realiza gracias a la red de remontes abiertos hasta las 19 horas y que están perfectamente preparados para dejarse arrastrar por ellos, llevar colgando las bicis de las sillas o trasportarlas en el interior de las cabinas. Hay rutas de descenso verdes, azules, rojas y negras. Todas perfectamente diseñadas, arregladas y señalizadas por el personal de la estación. Los descensos verdes y azules son muy divertidos, rápidos y bien peraltados para iniciarnos en esta disciplina o para dejar correr nuestra máquina en estas rutas sin grandes dificultades técnicas. Los descensos rojos y negros tienen zonas técnicas, trialeras o con grandes pendientes en las que hay que saber mover la bici con habilidad, así como tarimas de madera o pasarelas elevadas para superar algunos tramos en los que debemos encarrilar correctamente nuestra máquina si no queremos salir volando.

Telearrastre de acceso al bikepark.

En el bikepark.

En total tenemos 127 km de pistas y senderos balizados entre rutas de ascenso e itinerarios de descenso, con 7 pistas verdes, 12 azules, 12 rojas y 5 negras. La cota máxima se encuentra a 3200 m de altitud al pie del glaciar y la mínima en el pueblo de Venosc a 900 m. En total un desnivel de 2300 m que pondrán a prueba nuestra resistencia, aunque sea sólo cuesta abajo. Mención aparte merece el bikepark, con zonas de distintas dificultades en las que nos encontramos un fourcross, un slopestyle completísimo, etc. Accedemos a la parte más alta de ellos gracias a los telearrastres y podemos pasarnos entretenidos, perfeccionando nuestra técnica, unas cuantas horas. Un lugar con mucho ambiente en donde el sólo hecho de ver los vuelos de algunos “maquinas”, merece la pena una visita.

Saltos grandes…

…y algún que otro revolcón.

Se celebran varios eventos ciclistas importantes durante el verano, entre ellos, se celebra una prueba del Mundial de BTT, con un gran salón donde ver y probar todas las marcas importantes del sector. También se celebra el Mountain of Hell un descenso “megavalancha”, abierto a todos, de 25 km con salida desde la zona alta del glaciar a 3400 m, para después seguir descendiendo por las pistas hasta el pueblo de Venosc. Un descenso de 2500 m de desnivel en el que el ganador emplea tan sólo ¡¡¡¡ 39 minutos!!!

Camino de Venosc.

 Otra actividad importante de la zona es el vuelo en parapente, con varios despegues hacia todas las orientaciones y grandes posibilidades para “hacer distancia”. Hay varias escuelas de vuelo y posibilidad de realizar vuelos en tandem con algunos de los mejores pilotos franceses. Al estar situada en un collado abierto a dos valles, podemos despegar desde la misma estación y remontar para después aterrizar en el mismo sitio, o volar hacia los pueblos en el fondo de los valles. Una experiencia que no os debéis perder.

Desapegando de Les Deux Alps.

Con La Muzelle al fondo.

Volando hacia Venosc.

Y si todo esto no os ha parecido suficiente y todavía tenéis tiempo, podéis hacer senderismo por el Parque Nacional de Los Ecrins, realizar alpinismo en las montañas cercanas como La Muzelle o la Barré des Ecrins, escalar en los rocódromos de la estación o en las escuelas de roca cercanas, hacer alguna de las dos vías ferrata de Venosc o San Christophe o disfrutar de los deportes acuáticos como el rafting o el hidrospeed.

La Barre des Ecrins (4102m).

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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