Val d’Isere: freeride con encanto
En Val d’Isere caminamos entre la tradición de sus preciosas casas de madera, y la modernidad de tiendas y boutiques de sus calles. Y en sus montañas esquiamos entre las mejores pistas de Copa del Mundo, y unos itinerarios de laderas vírgenes y bosques alpinos con mucho encanto.
Ficha Técnica Mapa de Situación
El pueblo de Val d’Isere es uno de los más bellos de los Alpes, con la mayor parte de sus construcciones respetando la tradicional arquitectura de madera de la región. Pasear por sus calles resulta cómodo debido también al interés por favorecer al peatón y al esquiador en detrimento de los vehículos. Muchas calles son peatonales y los vehículos deben estacionarse sólo en los parkings, dejando que en ellas la nieve se mantenga con una fina capa, ya que el rociado de sal está prohibido por ser perjudicial para el medio ambiente (a ver si aquí tomamos nota).
Escultura de nieve a la entrada del pueblo.
Su cota máxima se encuentra en la Punta Montet de 3450 m y la mínima en le pueblo de La Daille a 1785 m. Cuenta con 65 remontes y unos 150 km de pistas. Existen alojamientos para todos los gustos, sobre todo para los más exquisitos, y es que al pasear por sus calles en seguida adviertes que éste es un pueblo con todos los lujos: 50 boutiques de moda y de marcas famosas del mundo del esquí, galerías de arte, 10 salas de Spa, … Y más de 90 restaurantes, algunos con estrellas Michelín como: “La Becca” familiar y tradicional; o “La Table de l’Ours” mezcla de tradición y modernismo; o “L’Atelier d’Edmond” homenajeando la cocina de montaña. Entre los hoteles os mencionaremos “Le Kandahar” 3*, tradicional, familiar y muy agradable.
Mejor no pasar por debajo de algunas cornisas.
Escalera de emergencias poco transitable.
Pero vamos a hablar de lo que fundamenta este pueblo alpino: su nieve. Val d’Isere constituye junto a Tignes el “Espace Killy”. Estas dos estaciones poseen cada una su espíritu particular, que se conjuntan y complementan para satisfacer a todo tipo de esquiador. El sector del Estadio Olímpico de Bellevarde es uno de los grandes atractivos de esta estación y la pista negra de “La Face” requiere toda nuestra técnica. Aquí se encuentra el estadio olímpico y al asomarnos e imaginarnos la velocidad que alcanzan los corredores en estos muros, se nos ponen los pelos de punta.
Llegando a los chalets de Val d’Isere desde La Manchet.
Fernando Martínez bajando hacia Le Chatelard.
Mientras que Tignes concentra una mayor cantidad de zonas freeride interesantes, técnicas y difíciles, Val d’Isere puede presumir de tener descensos especialmente bonitos y variados, con zonas técnicas y otras más “disfrutonas” por el bosque. Para nosotros que siempre vamos buscando lo menos pisado, estas han sido las zonas que más nos han gustado:
En Val d’Isere no es difícil encontrar la nieve polvo.
Sectores freeride:
Le Vallee Perdue:
Zona de amplias laderas por medio de la cual discurre una garganta entre agujas de roca, tan estrecha que a veces tienes que encoger los hombros para poder pasar. Los cortos tubitos que acceden a ella son espectaculares. Al final no te queda más remedio que abandonar la garganta y atravesar el bosque hasta “La Daille”.
Lanzado a la garaganta del Vallee Perdu…
… una de las zonas más atractivas de Val d’Isere…
… con rincones de lujo…
… y gargantas que más parecen cuevas.
Le Manchet:
El telesilla del “Grand Pre” nos permite acceder a las laderas que rodeando el “Rocher du Charvet” nos llevan al valle de “Le Manchet”. Aquí tenemos palas amplias con algún que otro tubo interesante que discurren a espaldas de las instalaciones y nos acercan a la montaña. Siguiendo hasta el fondo del valle, llegamos al barrio de Le Chatelard pero os recomendamos que ascendáis en el “Manchet Express” para acceder a otra zona interesante: la que abarca entre las pistas de “Marmottons” y “Piste S”.
Rodeando La Rocher du Charvet.
Hacia el valle de La Manchet.
Refugio de Fond des Tours:
En la zona alta de “Solaise” y subiendo en el telesilla de “Cugnai” accedemos a otro valle que baja hacia “Le Manchet” pasando por el Refugio que hemos mencionado. Son laderas muy amplias y en general poco visitadas, en las que no será difícil encontrar líneas en donde abrir nuestra huella.
Acceso algo delicado y empinado.
Hay que rebuscar por enlazar los tubos.
Le Grand Vallon:
Desde el telesilla de “Signal” hasta el pueblo de “le Fornet” tenemos otro gran descenso, largo y variado. Laderas amplias que dan acceso a la zona de bosque que lleva hasta el pueblo. Aquí, alejados de las aglomeraciones de las pistas podremos saborear la tranquilidad de estas montañas.
Hacia el pueblo de Le Fornet.
Saltando en la zona del bosque de alerces.
Solaise:
Y otras dos zonas con cierto interés son la zona de esquí de glaciar y los tubos de “Solaise”. Las palas que llevan desde la Punta de “Montet” a 3488 m en donde se encuentran los glaciares que permiten el esquí de verano, hasta el Col d’Iseran a 2762 m. La nieve suele encontrarse en buenas condiciones por el frío de estas alturas, pero también es una zona muy venteada por lo que tendremos que buscar donde haya habido acumulaciones (ojo a las placas de viento). Desde “Solaise” hacia “Le Laisinant” tenemos cortos pero difíciles tubos, algunos de ellos cortados y que debemos estudiar desde abajo antes de introducirnos en ellos.
Laderas amplias y nieve fría en la zona del glaciar.
En uno de los tubitos que bajan desde Solaise.
Hay que estudiarlos bien antes de entrar en estos estrechos tubos.
Ya seamos más “pisteros” o más “riders”, Val dÌsere gusta a todos. Sus chalets de madera, sus modernos remontes, sus cuidadas pistas y su nieve polvo hacen unas vacaciones perfectas. ¿Se puede pedir más?
Hacia La Daille.
Oficina de turismo de Val d’Isere: www.valdisere.com
Hotel Kandahar: www.hotel-kandahar.com
Texto e imágenes: equipo RECmountain
ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.