Trail
Trail-escalabring Claveles
Vídeo de Trail-escalabring en la cresta de Claveles con las primeras nieves de la temporada. La nieve, el frío, el viento… elementos duros que sin embargo nos proporcionan un disfrute bestial. ¡El invierno ya está aquí! Con Belén Rodríguez «Tu gestor de salud»
Texto e imágenes: equipo RECmountain
ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.
Valentina al Yelmo
Subida al Yelmo por la Valentina
Motivados por el aplastante récord de Noel Burgos de ascenso y descenso desde Cantocochino en tan sólo 48 minutos, hicimos esta preciosa actividad de corre-trepa, no por hacer tiempo pero sí por el hecho de conocer y disfrutar de la Pedriza una tarde más. Liz y yo salimos desde el Tranco, ascendimos por las placas de la vía Valentina improvisando el camino con la seguridad de los pies de gato y bajamos por la chimenea de la cara norte, terminando la vuelta de manera circular por el Hueco de las Hoces – Cantocochino – el Tranco.
Producido por RECmountain
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Vídeo vuelo Arcones
Vídeo de uno de los vuelos finales del curso de Hike & Fly que hemos hecho de la mano de «De nube a nube«. ¡Nos hemos enamorado de este deporte! Sensaciones nuevas e increíbles en el último vuelo del curso de @denubeanube.
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Texto e imágenes: equipo RECmountain
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Torre Cerredo, desde Caín
Una larga ascensión que nos lleva desde el Río Cares por la Canal de Dobresengos hasta el punto más alto de la Cordillera Cantábrica. Las fáciles, aunque expuestas, trepadas a la Collada Bermeja y a la misma cumbre del Torre Cerredo, hacen de esta ruta un itinerario más que entretenido. Más de 2200 metros de desnivel para disfrutar.
Ficha Técnica Mapa de Situación
Ya hace tiempo que queríamos ascender a Torre Cerredo, no sólo porque es la más alta cumbre de la Cordillera Cantábrica, sino porque además supone superar un desnivel importante. La idea es hacer la ascensión lo más ligeros posible pero llevando lo imprescindible para que el cambiante tiempo de los Picos de Europa no nos sorprenda. Aunque no conocemos la ruta, la llevamos bien estudiada gracias a la magnífica labor documental de Jesús Sánchez Melado en su detallada web, y que os aconsejo que consultéis.
Salimos temprano de Caín a 460 m con el cielo cubierto y la previsión algo incierta pero confiando en que vaya despejando. Saliendo hacia Posada de Valdeón y pasando el Puente Grande bordeamos el pueblo y retomamos dirección norte para remontar el Sedo Mabro. Una canaleta empinada nos permite atravesar el contrafuerte rocoso y entrar en la propia Canal de Dobresengos. Desde ahí, una travesía nos lleva hasta el camino principal que sube paralelo al Arroyo de Casiellas, y después asciende hasta la Fuente del Torno a 810 m, probablemente el último punto donde rellenar de agua nuestras cantimploras.
Seguimos subiendo por la misma canal hasta el Hoyo de San Ligiesto en donde las paredes cierran el paso. A nuestra derecha asciende una canaleta que nos lleva a un bosquete de hayas, por encima de las paredes rocosas a unos 1250 m. Seguimos subiendo por la parte derecha de la canal, bordeando las grandes pedreras que caen del cordal de la Torre de Pamparroso.
Alcanzamos por fin el Hoyo Grande Bajero a 1900 m y el camino se suaviza adentrándose en este majestuoso valle. Continuamos hacia el fondo dirección al Hoyo Grande Cimero pero antes de alcanzarlo, sobre la segunda barrera rocosa, abandonamos el camino principal hacia nuestra izquierda. Remontamos las inestables pedreras de las faldas de la Torre Coello buscando una vira en diagonal hacia la izquierda, que asciende el contrafuerte rocoso bajo esta torre, y que es difícil intuir desde abajo.
Alcanzamos así la Rampa de Coello, a los pies del paredón de la torre, a 2200 m. Su trepada es muy fácil (II+), pero tiene un paso muy expuesto al tener que rodear un gran bloque por su izquierda, sobre un vertical paredón, en el que debemos extremar las precauciones ya que hay piedrillas sueltas en él. El ambiente es excepcional, con toda la canal de Dobresengos bajo nuestros pies y los paredones de la Torre Coello sobre nuestras cabezas.
Acabada la rampa alcanzamos el pedregal que fácilmente nos lleva a la Collada Bermeja a 2476 m. Sin perder altura bordeamos la Bermeja por su ladera este, buscando los pasos más sencillos de esta fácil travesía que nos lleva hasta los pies de la cara nordeste de la Torre Cerredo.
Llegamos a una evidente canal a 2560 m, que baja por esta cara nordeste de Torre Cerredo, y en donde comienza la vía normal. La trepada es muy fácil (II+) pero expuesta ya que se va ascendiendo en diagonal a la izquierda, pasando justo por encima de las paredes verticales de esta vertiente. El mayor peligro puede venir de las piedras sueltas que pueden desprenderse y desequilibrarnos o golpearnos. Debemos ser muy precavidos y dejar tiempo a otras personas para que progresen a su ritmo.
Después de rodear un gran bloque por debajo y por su izquierda, alcanzamos la corta arista hasta la cima a 2650 m de altitud. Hemos hecho un buen tiempo de 5 horas por lo que podemos aprovechar tranquilamente las fabulosas vistas de esta emblemática cima: la arista al Pico de los Cabrones, la Torre de la Palanca, el Llambrión, el Tesorero, e incluso al fondo, nuestro querido Curavacas.
Echando un último vistazo, nos asomamos para ver toda la Canal de Dobresengos hasta el mismo Río Cares. Comenzamos el destrepe sin prisas hasta el pie de vía. Atravesamos a la Collada Bermeja para deshacer el camino realizado, volviendo a tomarnos con calma el paso expuesto de la Rampa de Coello, y así disfrutar de este lugar tan excepcional.
Llegamos ya a terreno fácil, al Hoyo Grande Bajero y un poco más allá a la Canal de Dobresengos. Desde allí nos apartamos del camino habitual para descender como podemos por las pedreras hasta el hayedo y la canaleta que lleva al Hoyo de San Ligiesto. Con las cantimploras vacías alcanzamos la Fuente del Torno y continuamos por al Arroyo de Casiellas hasta el mismo Río Cares. Antes de abandonar el arroyo, aprovechamos una de sus pozas para refrescarnos del calor que aquí abajo empieza a ser sofocante.
Regresando a Caín volvemos la vista hacia arriba para intentar descubrir si se ve la cima de Torre Cerredo. Y efectivamente, encontramos el punto desde donde podemos verla, 2200 m más arriba, saliendo entre las nubes que empiezan a cubrir las montañas.
Para terminar la jornada, y buscando cielos despejados para sacar unas fotos, fuimos a Valverde de la Sierra desde donde pudimos plasmar la silueta del Espigüete recortada contra la Vía Láctea. Una imagen que nos hace revivir esas silenciosas y oscuras noches de verano en la montaña, en las que las estrellas nos arropan.
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Curavacas: Senda del Notario
Esta es una de las rutas más interesantes para ascender este precioso pico palentino. A través de ella podremos adquirir una visión casi completa de esta montaña ya que la rodea por todas sus vertientes. El itinerario que comienza por la cara sur, bordea al pie de las paredes de su vertiente este para atravesar su cara norte y acabar en la cima por su lado oeste. Y normalmente no te encontrarás a nadie.
Ficha Técnica Mapa de Situación
El Curavacas siempre ha atraído nuestra atención y tanto nos gusta que volvemos una y otra vez, en verano y en invierno, con esquíes o con zapatillas. Esta vez quería “trailear” por la interesante y entretenida Senda del Notario, nombre que toma de Luis García Guinea, notario de Cervera de Pisuerga hacia 1940, enamorado del Curavacas y quien tantas veces ascendió por esta ruta. La mejor información sobre ella la podéis encontrar en dos libros imprescindibles de la montaña palentina: “Ascensiones en la Montaña Palentina” de David Villegas y Vidal Rioja (Ed. La Pedrera Pindia); y “Curavacas y Espigüete” de Tente Lagunilla (Ed. La Escalera).
Amanece en Vidrieros con el telón del fondo del murallón de la vertiente sur del Curavacas formada por la cumbre Este (2524m), el Pico Medio (2475m) y la cumbre Oeste (2504m). Esta vez voy solo y con una ligera mochila con lo imprescindible: agua, comida, forrito, chaqueta ligera, gorra, gafas, crema solar, teléfono, cámara y kit de emergencia.
La ruta sale del pueblo de Vidrieros (1325m) y asciende por el camino del Arroyo Cabriles hasta los prados del mismo nombre. Allí se sigue por el sendero bien marcado que por La Pedrera sube hacia el Callejo Grande. Justo antes de entrar en Callejo, al pie de las primeras paredes, hay que desviarse del camino principal hacia la derecha para ascender en travesía hasta el Collado del Hospital o Collado de Cabriles (2154m). Este paso se encuentra justo al pie de las paredes del Risco del Hospital, el Diente del Oso y la Torre del Callejo Grande, que forman la cresta que separa la vertiente sur y la este del Curavacas.
Desde el collado se abre a nuestros pies la Cuenca del Hospital con la laguna del Pozo del Hospital que baja hasta el Valle de Pineda. Según se baja este valle van apareciendo a nuestra derecha las paredes rocosas de la cara Este del Curavacas, por donde discurren las famosas vías de la Diagonal o la Directa del Fraga. Bajo la pared del Escudo (2020m) y antes de llegar al pie de los Picos del Rebeco, se gira a la izquierda para afrontar la subida a la Pedrera Pindia.
Subiendo la Pedrera Pindia se deja a la derecha las paredes que conforman la Cola del Curavacas hasta los Picos del Rebeco, con dos diedros característicos que no son hoy el objetivo. Por encima de la pedrera, entre las paredes rocosas, se encuentran dos brechas: la de la izquierda es el Segundo Paso y la de la derecha la Brecha Muerta. Hay que dirigirse a esta última que es algo más fácil y evidente.
Mientras se va trepando por la zona derecha del diedro que lleva a la Brecha Muerta, van apareciendo distintas agujas recortándose contra el azul del cielo: la Aguja Olvidad, la de Los Guerreros, la Flecha y la más significativa, la Placa Amarilla. La trepada es fácil y hay muchas alternativas que nos van llevando de manera entretenida hasta la brecha que separa esta vertiente este de la cara norte de la montaña.
Ya en la Brecha Muerta (2341m) se entra en la cara norte del Curavacas, en donde podemos optar por descender en oblicuo hasta el pie de la pared, o introducirnos en la misma pared norte que es lo que haremos. Tras bajar unos pasos, hay que dirigirse hacia la izquierda por unas estrechas terrazas sobre las paredes hasta una canalona. Desde allí se puede ascender hasta el Segundo Paso y alcanzar La Llana por donde subir a la cumbre, o seguir en diagonal ascendente por las terrazas que surcan los cortados de la pared norte.
Por estas terrazas fáciles, aunque expuestas, se alcanza la Meseta Inclinada que nos deja en el collado de la salida de la canal Sur Directa (2470m). Desde allí, ya sólo queda subir los últimos metros por el lado oeste de la montaña hasta la cima del Curavacas (2524m) y disfrutar de las magníficas vistas hacia el Espigüete, la Peña Prieta o los Picos de Europa.
La bajada más sencilla y rápida se hace por la ruta normal del Callejo Grande. Hay que bajar hacia el este hasta alcanzar la Llana y enseguida arrimarnos a nuestra derecha hasta la Horcada del Callejo Grande (2465m) justo al oeste de la cumbre de la Torre del mismo nombre. Se destrepan fácilmente los primeros metros de la Horcada para seguir bajando, ya por la cara sur, por el itinerario bien marcado del Callejo. Al pie de las paredes del Risco del Hospital enlazamos con el itinerario de subida para llegar al Arroyo de Cabriles en donde podemos refrescarnos con sus frías aguas.
Sólo en la ruta normal nos hemos cruzado con gente y hemos podido disfrutar de la soledad de la montaña en toda la Senda del Notario, algo que cada vez va siendo más difícil en nuestra geografía. Y ahora por la tarde, las nubes se apoderan de la montaña y entre sus girones plateados se recortan las agujas y los contrafuertes verdinegros de esta impresionante mole de conglomerado. El Notario nos ha contagiado su amor por el Curavacas.
Texto e imágenes: equipo RECmountain
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Integral del Espigüete
Una divertida ruta circular que tras bordear la cara norte del Espigüete por su base, remonta esta bella montaña palentina de oeste a este por su aérea cresta. Una carrera de auténtica montaña que lo tiene todo: buenas sendas para correr, aristas de roca caliza para trepar, pedreras empinadas por donde bajar a grandes zancadas y bosques de hayas para sumergirte entre sus hojas y espesuras.
Ficha Técnica Mapa de Situación
Aprovechando nuestra visita a Velilla para disfrutar del “VI Encuentro Esgallero de Esquí Escombreril” y después de una jornada de risas y tortazos esquiando por el carbón, junto a Pablo Abad nos pegamos una carrerita de montaña de las buenas. Alberto y yo teníamos la intriga del tramo que nos quedó por recorrer en verano al hacer la Integral de Fuentes Carrionas. Tras trepar a una de las agujas del espolón noroeste del Espigüete, nos dimos la vuelta al quedar poca luz y no conocer el tramo final para alcanzar la cima. Así le propusimos a Pablo que nos llevara allí.
Después de pasar la noche en Pino Llano, salimos del aparcamiento por la pista forestal que lleva a las cascadas de Mazobre. Es un tramo cómodo para entrar en calor mientras rodeamos al pie de la imponente cara norte del Espigüete. Llegando a la primera cascada de Mazobre, por cierto con muy poquito agua, nos desviamos por una senda estrecha hacia la izquierda que va remontando entre las peladas pedreras y farallones calizos de la montaña, y la opuesta ladera de piorno y negro conglomerado. Por esa vaguada vamos ascendiendo hasta la asombrosa boca de la Sima del Anillo: un peligroso embudo natural que conduce al vertical pozo de entrada por donde las chovas se lanzan en picado a su interior. Asusta asomarse…
Siguiendo la vaguada, en donde pudimos rellenar de agua las cantimploras en el hilillo que aún corre por ella, vamos ganando metros de altura hasta llegar al Collado de Arra, limitando ya con León. Allí comienza la cresta noroeste de roca caliza y empezamos a tener que echar las manos a la piedra: empieza lo divertido. El camino viene marcado con hitos por lo que, si prestamos atención, no tiene pérdida. Las nubes procedentes de los valles leoneses ascienden en jirones por la cresta, creando un mágico ambiente de alta montaña en el que el paisaje desaparece y reaparece según te envuelve la niebla.
La ruta asciende primero hacia un gendarme por una ladera empinada y de roca suelta, fácil pero algo expuesta ya que lo hace por encima de un cortado. Mientras ascendemos nos vamos asomando a la impresionante pared norte de la cima principal. Al llegar a lo alto del gendarme se abre una brecha que lo separa de la cresta principal por lo que debemos descender unos metros para atravesar la canal norte que asciende a dicha brecha. Una trepada en travesía hacia la derecha, marcada con algún hito, nos devuelve a la cresta principal que vuelca al oeste. A partir de aquí ascendemos por unas adherentes lanchas empinadas y acanaladas de roca caliza desde donde ya, sin mucha dificultad, se alcanza la cima principal del Espigüete, de 2451 m de altitud.
El Espigüete quiso premiarnos el esfuerzo con un bello Espectro de Broken proyectado hacia las nubes que se arrastraban por los farallones de la cara norte, a nuestros pies. Un rato para tomar un bocadito y reponer líquidos mientras admiramos este fotometeoro, llamado también “gloria” por sus connotaciones místicas. La verdad es que en esos momentos nos invade una paz especial, una comunión trascendente con la montaña que anhelamos cada vez que bajamos a los valles. No tenemos prisa, el cronometro no nos importa y tranquilamente saboreamos estos intensos momentos.
Si la subida por la cresta ha sido más que entretenida, el tramo de arista, primero hacia la cima Este del Espigüete y luego hacia la Torre Díaz-Caneja, es además aérea. El paisaje se abre a toda la montaña palentina, las montañas de León y los Picos de Europa. La mayor parte de la arista es “corrible”, con precaución ya que tenemos buenos paredones que caen a plomo a ambos lados. También nos encontramos en la misma arista algunos agujeros profundos en esta montaña llena de cuevas.
En el Collado Cervunal decidimos abandonar la cresta para descender por unas buenas pedreras hacia el sur. Pedreras que se dejan bajar a grandes zancadas y que te llevan rápidamente al pie de la montaña. Llegamos así a la Majada Valdopila en donde cambiamos de dirección hacia el este, encontrándonos un pequeño pero precioso bosque de hayas que ocupa parte de las faldas de la vertiente del Espigúete que cae a la carretera entre los Cardaños.
El hayedo es bastante cerrado y la senda no se ve clara, pero debemos ir descendiendo en travesía hacia la izquierda hasta llegar a una canal entre espolones rocosos, que descenderemos con algún fácil destrepe entre hayas y rocas hasta salir del bosque, cerca de la carretera y a poca distancia del aparcamiento. Ya sólo queda el sprint final hasta Pino Llano.
En resumen, una ruta circular muy entretenida, con un gran ambiente de montaña y que recorre una preciosa cresta en una de las montañas más atractivas de la Cordillera Cantábrica, el altivo Espigüete.
Texto e imágenes: equipo RECmountain
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Siete Picos Integral
Siete Picos Integral es un abrazo que ciñe un espacio único. Se desarrolla en el rincón más bello de la mítica Sierra del Dragón que citaba Alfonso X El Sabio en su General Estoria. Un círculo temporal que gira en torno a la primera carrera de montaña de nuestra sierra, y que fue organizada en 1916 por los “Amigos del Campo”. Con ella, se cristalizaba la filosofía de un grupo de estudiosos precursores de la experiencia íntegra del hombre con el medio natural. Una relación más allá de lo deportivo, pues contemplaba aspectos incluso estéticos, e incluía planteamientos culturales y sociológicos.
Ficha Técnica Mapa de Situación
El Ayuntamiento de Cercedilla organiza una prueba fundamentada en ese mismo espíritu. Una carrera de poco kilometraje, pero con una gran dificultad técnica. Un recorrido con alma montañera que huye de las concentraciones supernumerarias, y se abre a un futuro en el que las carreras alpinas pongan en la misma esfera el respeto por el entorno, los valores culturales y el placer por el disfrute de una actividad deportiva que forma parte de la historia viva de la Sierra de Guadarrama. Así el término Integral no solo señala el espacio que recorre, sino la experiencia de plena inmersión en este ambiente serrano.
El diseño de los trofeos o del propio recorrido; el voluntariado necesario para el desarrollo de la prueba, procede de las diversas asociaciones locales. Todos unidos en un esfuerzo en el que el único interés es revivir un sueño.
LAS ENCINILLAS:
Los ganadores de esta II Edición de la Siete Picos Integral, Han sido Noel Burgos y Ana Paz, quienes han cubierto los 16 km de la prueba en 1 hora y 36 minutos y 2 horas y 5 minutos respectivamente. Cinco minutos después de Noel llegaban a la par Clemente López y Juan Manuel Agejas. La marca de Noel, rebaja en un minuto la conseguida en la primera edición por Álvaro Velázquez.
Queda pues aún sin dueño el primer trofeo de El Abrazo del Dragón, pues para conseguirlo es necesario vencer en dos ediciones de esta bellísima y dura carrera.
Prueba del buen nivel de los corredores locales de Cercedilla, es que por ejemplo la segunda plaza en chicas ha sido para Begoña Sánchez con un tiempo de 2 h 15 min. En chicos, Álvaro Martín ha hecho un tiempo de 1 h 46 min, y Alberto Pantoja dos minutos más tarde, quedando sexto en la clasificación general y segundo en la categoría local.
La programación del día se completa con marchas por montaña de nivel fácil para su disfrute en familia; la práctica de deportes tradicionales como el soga-tira, la corta de troncos o la cucaña en la que Álvaro Pantoja se llevó el jamón; conciertos de música tradicional y comida popular. Convirtiendo la jornada en un evento socio-deportivo de primera índole dentro de su calendario de Fiestas Patronales.
Imágenes: Begoña Méndez Gil, Miguel Ángel Dorda y equipo RECmountain
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Integral de Fuentes Carrionas
Una auténtica ruta de mountain-trail: con 35 km de distancia casi sin bajar de los 2000 m, 3500 m de desnivel positivo, tramos para correr sin perder de vista los hitos y lo mejor, zonas de trepada fácil pero en donde es posible enriscarse y hay que andar con ojo. Un recorrido que une muchas de las montañas emblemáticas de la Cordillera Cantábrica.
Ficha Técnica Mapa de Situación
Hace un par de años, corriendo al Peña Prieta desde Cardaño de Arriba, se nos ocurrió la idea de unir tres de las montañas más altas de Palencia: el Curavacas, Peña Prieta y el Espigüete. Hablando con nuestro amigo Vidal Rioja, experto conocedor de estas montañas y autor de varios libros que os recomendamos, nos dijo que eso era una ruta ya conocida que llaman la Integral de Fuentes Carrionas. Quedamos en hacerla con él así que este año estamos decididos a ello. Aprovechando unos días de calor de agosto fuimos a probar la ruta, aunque ni Álvaro ni Vidal pudieron acompañarnos. Comenzamos en Vidrieros a las 10,40 h sin un objetivo claro de hasta donde llegaríamos en este reconocimiento.
Rellenamos agua en el arroyo antes de la pedrera que sube por el Callejo Grande al Curavacas ya que era probable no poder coger agua en todo el camino. Esta inmensa mole de conglomerado se sube con facilidad hasta La Llana en el espolón este, por donde continuamos hasta la cumbre. Desde la cima del Curavacas a 2524 m ya se podía ver nuestro objetivo, el Espigüete.
Desde la cumbre bajamos al collado y subimos al Pico Medio para volver a bajar al collado de la canal Oeste. Desde ahí, por unas repisas y terrazas, rodeamos la Cima Oeste (2500 m) por su pared suroeste.
Después ascendimos, medio trepando, medio corriendo, a la Curruquilla (2420 m) y a la Hoya Contina (2394 m), hasta el cordal que separa el río de Las Lomas del río Carrión. El calor y la sed nos obligó a descender hacia el este en el Collado del Ves hasta un manantial en donde rellenamos de agua.
El tramo siguiente hasta el Tres Provincias es mucho más “corrible” remontando los Altos del Ves (2199 m), del Calderón (2275 m), del Tío Celestino (2258 m), de La Panda (2397 m) y del Concejo (2439 m).
Desde el Mojón Tres Provincias (2498 m) seguimos la cresta a la Peña del Infierno (2525 m) y al Peña Prieta (2540 m), el punto más alto del recorrido. Estos picos forman hacia el sur el circo en el que reposa la laguna de Fuentes Carrionas, como si fuera un cono volcánico.
Estamos a la mitad del recorrido y decidimos continuar corriendo hasta donde dé el día. Rodeamos el Tres Provincias por el norte y vamos a las Agujas de Cardaño (2393 m) que sorteamos por la vertiente de Bobias. Aquí el conglomerado ha dejado paso al granito. Desde allí volvemos a ascender hacia los picos Las Lomas (2438 m), Las Cuartas (2451 m) y Cebolleda (2244 m), con las lagunas del Hoyo de Vargas al fondo.
La roca vuelve a cambiar al negro y verde del conglomerado, formando una preciosa pirámide, las Peñas Malas (2282 m). Sus canales, brechas y pendientes nos hacen imaginarla con nieve y nos proponemos visitarla el próximo invierno.
El Espigüete está al alcance de la mano. Subimos al Pico Murcia (2355 m) y parece que otro tramo de carrerita nos llevará fácilmente hasta sus paredes de blanca caliza. Pero en la Peña El Águila perdemos el camino y nos toca hacer un delicado destrepe que nos hace perder un tiempo muy valioso.
Apenas tenemos agua y bajamos en busca de ella hacia el este en el collado de Arra. Esta vez no ha habido suerte así que afrontamos la subida del Espigüete resecos. Subimos por la cresta noroeste pero a 150 m por debajo de la cima se nos va el sol. Asomados a este vertical circo norte y sin tener claro por donde sube la ruta, decidimos regresar por el conocido Valle de Mazobre hasta la carretera a Cardaño.
Nos han faltado los últimos 150 m de la ruta, pero ¿qué mejor excusa para volver a completarla con Álvaro y Vidal?
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