Curavacas: Senda del Notario

Esta es una de las rutas más interesantes para ascender este precioso pico palentino. A través de ella podremos adquirir una visión casi completa de esta montaña ya que la rodea por todas sus vertientes. El itinerario que comienza por la cara sur, bordea al pie de las paredes de su vertiente este para atravesar su cara norte y acabar en la cima por su lado oeste. Y normalmente no te encontrarás a nadie.

Ficha Técnica                    Mapa de Situación

                   

El Curavacas siempre ha atraído nuestra atención y tanto nos gusta que volvemos una y otra vez, en verano y en invierno, con esquíes o con zapatillas. Esta vez quería “trailear” por la interesante y entretenida Senda del Notario, nombre que toma de Luis García Guinea, notario de Cervera de Pisuerga hacia 1940, enamorado del Curavacas y quien tantas veces ascendió por esta ruta. La mejor información sobre ella la podéis encontrar en dos libros imprescindibles de la montaña palentina: “Ascensiones en la Montaña Palentina” de David Villegas y Vidal Rioja (Ed. La Pedrera Pindia); y “Curavacas y Espigüete” de Tente Lagunilla (Ed. La Escalera).

Amanece en Vidrieros con el telón del fondo del murallón de la vertiente sur del Curavacas formada por la cumbre Este (2524m), el Pico Medio (2475m) y la cumbre Oeste (2504m). Esta vez voy solo y con una ligera mochila con lo imprescindible: agua, comida, forrito, chaqueta ligera, gorra, gafas, crema solar, teléfono, cámara y kit de emergencia.

La ruta sale del pueblo de Vidrieros (1325m) y asciende por el camino del Arroyo Cabriles hasta los prados del mismo nombre. Allí se sigue por el sendero bien marcado que por La Pedrera sube hacia el Callejo Grande. Justo antes de entrar en Callejo, al pie de las primeras paredes, hay que desviarse del camino principal hacia la derecha para ascender en travesía hasta el Collado del Hospital o Collado de Cabriles (2154m). Este paso se encuentra justo al pie de las paredes del Risco del Hospital, el Diente del Oso y la Torre del Callejo Grande, que forman la cresta que separa la vertiente sur y la este del Curavacas.

Desde el collado se abre a nuestros pies la Cuenca del Hospital con la laguna del Pozo del Hospital que baja hasta el Valle de Pineda. Según se baja este valle van apareciendo a nuestra derecha las paredes rocosas de la cara Este del Curavacas, por donde discurren las famosas vías de la Diagonal o la Directa del Fraga. Bajo la pared del Escudo (2020m) y antes de llegar al pie de los Picos del Rebeco, se gira a la izquierda para afrontar la subida a la Pedrera Pindia.

Subiendo la Pedrera Pindia se deja a la derecha las paredes que conforman la Cola del Curavacas hasta los Picos del Rebeco, con dos diedros característicos que no son hoy el objetivo. Por encima de la pedrera, entre las paredes rocosas, se encuentran dos brechas: la de la izquierda es el Segundo Paso y la de la derecha la Brecha Muerta. Hay que dirigirse a esta última que es algo más fácil y evidente.

Mientras se va trepando por la zona derecha del diedro que lleva a la Brecha Muerta, van apareciendo distintas agujas recortándose contra el azul del cielo: la Aguja Olvidad, la de Los Guerreros, la Flecha y la más significativa, la Placa Amarilla. La trepada es fácil y hay muchas alternativas que nos van llevando de manera entretenida hasta la brecha que separa esta vertiente este de la cara norte de la montaña.

Ya en la Brecha Muerta (2341m) se entra en la cara norte del Curavacas, en donde podemos optar por descender en oblicuo hasta el pie de la pared, o introducirnos en la misma pared norte que es lo que haremos. Tras bajar unos pasos, hay que dirigirse hacia la izquierda por unas estrechas terrazas sobre las paredes hasta una canalona. Desde allí se puede ascender hasta el Segundo Paso y alcanzar La Llana por donde subir a la cumbre, o seguir en diagonal ascendente por las terrazas que surcan los cortados de la pared norte.

Por estas terrazas fáciles, aunque expuestas, se alcanza la Meseta Inclinada que nos deja en el collado de la salida de la canal Sur Directa (2470m). Desde allí, ya sólo queda subir los últimos metros por el lado oeste de la montaña hasta la cima del Curavacas (2524m) y disfrutar de las magníficas vistas hacia el Espigüete, la Peña Prieta o los Picos de Europa.

La bajada más sencilla y rápida se hace por la ruta normal del Callejo Grande. Hay que bajar hacia el este hasta alcanzar la Llana y enseguida arrimarnos a nuestra derecha hasta la Horcada del Callejo Grande (2465m) justo al oeste de la cumbre de la Torre del mismo nombre. Se destrepan fácilmente los primeros metros de la Horcada para seguir bajando, ya por la cara sur, por el itinerario bien marcado del Callejo. Al pie de las paredes del Risco del Hospital enlazamos con el itinerario de subida para llegar al Arroyo de Cabriles en donde podemos refrescarnos con sus frías aguas.

Sólo en la ruta normal nos hemos cruzado con gente y hemos podido disfrutar de la soledad de la montaña en toda la Senda del Notario, algo que cada vez va siendo más difícil en nuestra geografía. Y ahora por la tarde, las nubes se apoderan de la montaña y entre sus girones plateados se recortan las agujas y los contrafuertes verdinegros de esta impresionante mole de conglomerado. El Notario nos ha contagiado su amor por el Curavacas.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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