Archivos diarios: 20 March, 2016
Peña del Águila: cara Este
La cara este de la Peña del Águila se eleva 800 m desde el Valle de la Fuenfría, como telón de fondo del paisaje que rodea el pueblo de Cercedilla. Una vertiente que en su parte superior es un “palón” amplio y despejado de árboles, pero que poco a poco va introduciéndose en el espeso bosque de pino silvestre hasta el mismo parking de Las Dehesas.
Ficha Técnica Mapa de Situación
Justo a la espalda del pueblo de Cercedilla se encuentra la Peña del Águila, de 2010 m de altitud, dominando todo el Valle de La Fuenfría. Los bosques de pino silvestre se adueñan de las laderas de La Peñota, el Montón de Trigo y Los Siete Picos. Pero en la parte alta de esta montaña, en su vertiente este, el bosque clarea hasta desaparecer ya cerca de la cima. Cada vez que nieva, esta zona alta de la Peña del Águila aparece blanca y seductora para quienes nos gusta el esquí de montaña, pero hasta estos días fríos de marzo no la habíamos descendido nunca. Aprovechando que podíamos calzarnos los esquís desde los Campamentos de La Peñota, a 15 minutos andando desde casa, por fin nos decidimos a bajarla.
La subida por la senda de La Pilona que lleva desde los Campamentos hasta el collado entre la Peña y la Peñota, es bastante cómoda, sencilla y rápida. Una diagonal ascendente hacia la derecha va atravesando el bosque de pinos por el que es habitual encontrarte corzos y zorros. El bosque no es demasiado denso por lo que se progresa con facilidad hasta el collado, con un corto repecho más empinado al final.
Desde el collado giramos hacia el norte por el cordal que separa Segovia de Madrid y poco a poco vamos saliendo del bosque y nos asomamos al Valle del Río Moros, otra de las joyas de la Sierra de Guadarrama. Desde aquí aparecen las cumbres de la Mujer Muerta que en esta ocasión aparecían bien cargadas de nieve por el viento del norte que acompañó las últimas precipitaciones.
La pendiente cede en los últimos metros antes de la cima de la Peña del Águila, a la que llegamos todavía con la nieve poco transformada. Desde aquí, además de las cumbres de la Mujer Muerta, La Pinareja, La Peña del Oso y el Pasapán, podemos contemplar la Peñota, la Peña Bercial y el Montón de Trigo. Y ya al otro lado del valle asoman Peña Citores, Peñalara, Siete Picos, La Bola, Cabezas de Hierro y La Maliciosa. Esta cumbre resulta un precioso mirador de buena parte de la Sierra de Guadarrama.
El descenso empieza por una suave loma convexa, amplia y fácil, que va poco a poco empinándose hasta unos escalones rocosos. Por aquí vamos encontrándonos algunos torturados árboles aislados y retorcidos por las inclemencias meteorológicas y que van dando paso a la zona más inclinada entre los escalones rocosos que comentábamos, pero que difícilmente alcanza los 35º de pendiente.
Al pie de las rocas se abren un par de tubos anchos y divertidos que se van introduciendo en el bosque, que poco a poco se va haciendo más espeso. Por estas canalonas podemos descender con facilidad hasta toparnos con la pista forestal que viene desde el Puerto de la Fuenfría y llega hasta el hombro de La Peñota. Desde aquí podemos seguir descendiendo hasta el fondo del valle, o podemos atravesar hacia el sur por la pista hasta coger el pinar que lleva a los Campamentos de La Peñota.
Cualquiera de las dos opciones de bajada que escojamos, ya sea la directa al fondo del valle o la travesía hacia el sur, acabaremos por bajar por medio de este bosque en el que los pinos están suficientemente dispersos como para esquiarse con comodidad. Al final tendremos una travesía descendente hasta los Campamentos de La Peñota, en donde en esta ocasión tuvimos que quitarnos las tablas para continuar en zapatillas hasta la zona de la estación de Renfe de Cercedilla.
Una preciosa travesía por el bosque, con un descenso interesante por el “palón” de la zona alta y por la bajada entre los pinos. Y saliendo casi desde casa con los esquís puestos.
Texto e imágenes: equipo RECmountain
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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.