Lyngen: Rundfellnasen, cara NE
El Rundfellnasen es una montaña de tan sólo 607 m de altitud y su circo nordeste presenta unas canales empinadas muy interesantes. En un día de malas condiciones meteorológicas y fortísimo viento, este itinerario protegido por el relieve suponía una de las pocas opciones posibles si queríamos realizar alguna actividad interesante.
Ficha Técnica Mapa de Situación Vídeo
En nuestra visita a Lyngen, además de contemplar las auroras boreales, pudimos realizar algunas interesantes líneas como ésta:
A 70º de latitud norte en invierno, es normal que algún día tuviéramos condiciones meteorológicas duras. Y así ocurrió en el Rundfellnasen: algo de frío pero sobre todo, un fortísimo viento que nos tiró al suelo, literalmente, en varias ocasiones. El circo nordeste era nuestro objetivo, con un par de canales empinadas pero no extremas. Se añadió al grupo nuestra amiga Mónica Tomás, una de las chicas con mayor proyección en la disciplina de freeride en la península. La compañía de nuestra pirenaica amiga fue un puntazo y desde estas líneas le agradecemos habernos acompañado.
Bajo un cielo amenazante y un fortísimo viento del suroeste, intentamos aprovechar el día al abrigo de la vertiente este del Rundfellnasen. Mientras aparcábamos cerca del puente de Lenangen para empezar la ruta, pudimos contemplar un gran Pigargo peleando contra el viento a ras de mar, advirtiéndonos de la pelea que nos esperaba a nosotros también. Forrados de ropa y sin dejar un solo centímetro de piel expuesta al frío viento, comenzamos esta jornada de pelea contra los elementos. Nos gusta progresar en estas condiciones duras, bien protegidos, e inmersos cada uno en sus pensamientos. Con una cancioncilla en la mente que vas tarareando repetitivamente hasta el hartazgo.
La ascensión es sencilla: primero por una protegida zona de bosques de abedules para, poco a poco ir ganando altitud hasta la loma suave que remonta hasta la misma cima del pico. Al salir de la zona de bosque la cosa se complica debido a que el viento ha barrido la nieve reciente y avanzamos por una superficie dura en la que las pieles no siempre agarran. Con estas condiciones y las rachas de viento cada vez más intensas, a menudo tenemos que parar y agacharnos para no salir volando, algo que no siempre conseguimos.
Cuando vamos llegando a la zona alta, ya cerca de la cima, al frío y el viento se le une la mala visibilidad por las nubes y la ventisca. La nieve levantada nos dificulta ver más allá de nuestras espátulas y en estas condiciones, quitar pieles en la cima va a ser más que complicado. Así, decidimos quedarnos a unos 50 metros bajo ella y damos por terminada la pelea de subida. Para prepararnos para la bajada, nos protegemos unos a otros tirados en el suelo y fijando cada objeto que soltamos, incluidos los esquís: nos tenemos que sentar encima de ellos mientras bloqueamos botas, para que no salgan volando hasta el mar.
Descartamos descender ninguna canal por diversos motivos: el viento que nos podía desequilibrar; la visibilidad que impedía encontrar la entrada; y las condiciones perfectas para la existencia de placas de viento a sotavento. Decidimos bajar por donde habíamos subido si es que conseguíamos orientarnos en esta guerra contra los elementos. El descenso fue otra lucha hasta llegar a la zona baja de bosque, giro a giro, sin poder hacer nada más que absorber las irregularidades de la nieve tapadas por la ventisca. Ya en el bosque conseguimos enlazar unos cuantos giros seguidos entre los arbolillos, aunque nos comimos alguna que otra rama.
Parece que Noruega nos quería mostrar todas sus caras durante el viaje. A pesar de que en este lugar del mundo es probable que la meteorología sea desfavorable durante largos periodos de tiempo, las posibilidades para poder disfrutar del esquí son tan amplias que siempre podemos encontrar un plan acorde a nuestras preferencias, pudiéndonos adaptar a las malas condiciones nivometeorológicas, si las hay.
Este día sí que disfrutamos al llegar a la cabaña, encender la estufa con la leña de que disponen y tomarnos un cafetito caliente. En toda la península de Lyngen se pueden encontrar alojamientos de este tipo repartidos por la carretera costera: cabañas de madera muy bien aisladas y calientes, con todas las comodidades, incluida una sauna común. La nuestra estaba dentro de un complejo de varias cabañas a 25 km del supermercado más cercano en Lingseidet, lo que lejos de ser una desventaja, suponía que estabas en medio de la naturaleza, con el mar a un lado y la montaña al otro.
Con sol y nieve polvo o, como en este día con frío y ventisca, este lugar es espectacular. Y si despeja por la noche y aparecen las auroras, el “paraíso”.
Guía práctica:
Avión: Norwegian Airlines. Madrid-Oslo y Oslo-Tromso
Alojamiento: Svensby Tursenter, 9064 Svensby, telf. +4477210850 post@svensbytursenter.no
Aludes: Varsom
Auroras: aurora-service ; gi.alaska/europe
Otra información: Visitnorway ; Muntania
Texto e imágenes: equipo RECmountain
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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.