Trail al Almanzor por la Sur

La vertiente sur del Almanzor cae casi 2000 metros hasta los pueblos de El Raso y Candelada por un terreno agreste y salvaje. Sus gargantas y crestas tortuosas nos llevan hasta el techo del Sistema Central por itinerarios exigentes por su desnivel y longitud, aunque en esta ocasión, la dureza fue debida a nuestra escasa provisión de agua.

Ficha Técnica                      Mapa de Situación

                 

Continuando con nuestro “Proyecto Gredos” y después de la carrera de hace unos días por la Garganta Blanca, hemos estado reconociendo otro de los itinerarios que ascienden por la vertiente sur del macizo central de Gredos, el camino que desde el Hornillo y pasando por la Peña de Chilla, nos lleva hasta el Almanzor. Un desnivel de 1400 m que nos permite estudiar con detalle algunas de las canales para próximos inviernos.

Desde el pueblo de El Raso sale una pista que nos lleva al Castro Celta, digno de pararnos a ver, y que acaba en la garganta de Tejea. Antes del Puente Pînillo tomamos un desvío a la derecha que nos lleva por una pista en mal estado hasta el aparcamiento de El Hornillo a 1200 m de altitud.

A poco de comenzar el camino nos topamos con la única fuente de la ruta en donde conviene aprovisionarse del agua que vayamos a necesitar para toda la jornada. Nosotros no encontramos ningún otro punto donde llenar las cantimploras en todo el recorrido, algo que unido al calor sofocante de este mes de julio, hizo de la carrerita una auténtica penitencia.

Enseguida aparecen en el horizonte las crestas y canales de esta salvaje vertiente sur, dominadas por el Risco del Francés, el Casquerazo, el Sagrao y el Almanzor. El camino crestea hacia la Peña de Chilla aunque se puede flanquear por una vereda algo perdida hasta el Sillao de esa Peña.

Dejamos atrás la Peña y nos dirigimos hacia el Risco de Los Cachorros que se rodea por el este. Una vez sobrepasado este risco, nos introducimos en las canaletas que llevan a los canchales de la Portilla Bermeja. También podemos trepar por la cresta más a la izquierda para llegar al Risco de la Portilla del Crampón.

Atravesamos del Risco a la Portilla del Crampón y por la parte alta de las Canales Oscuras, una corta y fácil trepada nos lleva a la cima del Pico Almanzor. Una aérea cima que nos asoma a las paredes de la cara norte con sus empinadas canales y afilados espolones que se pierden hacia el zócalo y el fondo del Circo.

Lástima no poder disfrutar de las vistas, pero la sed nos arrastra valle abajo con la única idea en la cabeza de saciarnos en la fuente de Majalvenero, casi al comienzo del camino.

Nos ha sorprendido lo seco que están los cauces de los torrentes a estas alturas del año y esperamos que el próximo otoño el agua los rellene y el invierno sea generoso en nieves, que aquí hay mucho por esquiar.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: MONTAÑA, Trail

Corriendo por la Garganta Blanca

Como alguien bien dijo antes: si Guadarrama es la escuela de montaña de la zona centro, Gredos es la universidad. Cualquier actividad allí debe plantearse seriamente, incluso el correr. Pistas largas, pedreras caóticas y crestas afiladas componen una mezcla perfecta para el mountain-trail.

Mapa de Situación                                                    Vídeo

                    

La declaración de Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ha provocado una afluencia mayor de personas con todas las consecuencias negativas que ello supone para una zona ya de por sí saturada y sensible. Frente a esa masificación que se concentra en ciertos puntos, el Sistema Central tiene la entidad suficiente como para encontrar lugares en donde poder “perdernos” y sentirnos más cerca de la naturaleza.

Las gargantas del sur de Gredos nos sobrecogen con sus dimensiones y desniveles: desde Candeleda hasta el Almanzor tenemos más de 11 km en línea recta y más de 2000 m de desnivel. Continuando con nuestro “Proyecto Gredos” en busca de nuevas líneas de esquí, vamos a recorrerlas para reconocer el terreno por el que queremos descender en próximos inviernos. Anteriormente estuvimos recorriendo la garganta Tejea y en esta ocasión visitamos la Blanca.

Estas gargantas se adentran en la montaña poco a poco, sin demasiadas pistas y muchas veredas medio perdidas. La mayoría de las pistas son accesibles en coche y nos permiten ahorrarnos unas cuantas horas de aproximación. Los bosques de pinos de repoblación van dando paso a los de robles melojos con rodales de castaños.

Por encima de estos densos bosques, los árboles van espaciándose, pero no por ello dejan de tener un porte impresionante. De hecho, por esta zona podemos encontrar centenarios ejemplares aislados de enormes dimensiones. Y si tenemos suerte, podemos ver asomar por encima de los helechos, las inmensas cornamentas de los ciervos. O podemos entrever a los corzos medio ocultos en el sotobosque.

A partir de esta altitud, en torno a los 1000 m, el bosque deja paso al matorral y las gargantas de cantos rodados (más bien bloques rodados), lavados por las crecidas de las épocas de lluvias, brillan blancas engarzando pozas de un azul transparente. Es por aquí por donde nos gusta correr, saltando de bloque en bloque, ejercitando la potencia y el equilibrio.

Y después llegamos a una zona de transición entre las gargantas y las crestas afiladas, en donde los “boquerones” muy probablemente, nos cierren el paso. Estas formaciones rocosas con ese nombre tan curioso, definen estrechamientos de las torrenteras flanqueados por paredes que impiden abandonar el cauce. Algunos boquerones son practicables simplemente trepando, pero otros necesitaremos de técnicas de escalada para superarlos.

Más arriba llegamos a la zona de alta montaña, con paredes, agujas y crestas, y en donde la lluvia, esta vez, no nos concedió tregua alguna, por lo que decidimos bajarnos empapados. Curiosamente, con esta lluvia resbalan menos las rocas lavadas del cauce del río, que las de fuera, probablemente por el liquen mojado. Una divertida bajada entre bloques donde los cuádriceps y las rodillas acabaron echando humo.

Y para terminar, ventana de sol y bañito en una de las miles de pozas que nos cruzamos.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: MONTAÑA, Trail

La gran nevada de 1996 (II/II)

En esta segunda parte sobre las grandiosas nevadas de enero de 1996 os mostraremos todas las imágenes que hemos podido encontrar sobre el aspecto que adquirió la Sierra de Gredos durante estos días de intensa precipitación. En los pueblos del sur de Ávila se recuerda con un sabor un tanto amargo, ya que las duras condiciones meteorológicas dejaron atrapados no sólo a sus habitantes, sino a muchas cabezas de ganado. Un gran número de ellas no pudo sobrevivir a este temporal. Como ya anunciamos en la primera parte, también abordaremos otro asunto, y es que en marzo del 2014 hubo un episodio de grandes precipitaciones en el Sistema Central en el que se superó el récord de precipitación del Puerto de Navacerrada (en el Puerto de Cotos y Rascafría), con notables diferencias (no todo lo que cayó fue nieve).

Como ya dijimos, la «nevada del 96″ fue un episodio en el que se batieron récords de precipitación en algunos puntos del Sistema Central (precipitación diaria y mensual en el Puerto de Navacerrada) y que se recuerda como la última gran nevada sucedida en las montañas de la zona centro. Fue un periodo corto (unos 8 – 10 días) pero muy intenso, muy húmedo y no especialmente frío. Las acumulaciones de nieve en ventisqueros y bosques fueron inusualmente grandes y el humedecimiento y rehielo contínuos dotaron al manto nivoso de una densidad elevada. Todo ello supuso una serie de consecuencias que dificultaron el desarrollo de las actividades en los pueblos de la zona y la vida de muchos seres vivos.

En La Galana registraron estos datos de precipitación correspondientes al mes de enero. En 11 días la precipitación total fue de casi 300 litros por metro cuadrado. (Gráfico: Restaurante La Galana)

El comienzo del temporal fue brusco porque uno de los días de mayor precipitación fue el primero (21 de enero). Esto hizo que a muchos ganaderos y trabajadores del campo y la montaña les pillara por sorpresa. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Algunos animales tuvieron suerte de poder quedarse a salvo de lo que se les estaba viniendo encima… (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

…y no nos referimos a ningún derrumbe de los muchos que hubo en algunos edificios. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Los muros de nieve que quedaban a los lados de la carretera nos recuerdan a los de los puertos de montaña de Guadarrama. La diferencia es que Hoyos del Espino está a 1484 metros. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Así se encontraban las calles de Hoyos del Espino. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Y así las terrazas de las casas. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Nieve con aspecto de humedad. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

En cada ramita, una bola de nieve. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Otra calle en Hoyos del Espino. (Foto: Roberto Muñoz / Restaurante La Bodeguilla).

Carreteras de un carril en toda la comarca. (Foto: Archivo Restaurante La Galana / Restaurante La Galana).

Parador Nacional de Gredos. (Foto: Archivo Restaurante La Galana / Restaurante La Galana).

El paisaje diario se había convertido en un lugar que parecía nuevo. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

El trazado que vemos pertenece a la carretera que sube a la plataforma, a la altura de la fuente de La Carmencita. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Nos imaginamos la intensidad de la ventisca al ver los troncos de los pinos completamente blancos. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Para muchos habitantes de la zona, el recuerdo de la nevada tiene una mezcla de nostalgía y tristeza. Fueron días duros. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Tras días y días buscando, algunos pudieron rescatar a algunos de sus animales. Otros murieron por falta de alimento. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Avanzar para ellos no era tarea fácil con estas condiciones. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Pero algunos pudieron poner rumbo a lugares más seguros. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

La limpieza de las carreteras y pueblos en Gredos fue más lenta que en Madrid. La carretera que sube a la Plataforma no estuvo abierta hasta unas cuantas semanas después. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

La imagen de esta pradera es muy representativa de la situación: la temperatura estaba situada en el límite y frente a los grandes espesores tenemos zonas sin nieve, como estas turberas en las cuales el calor del agua en el suelo no permitía que nada de lo que estaba cayendo cuajase. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Hoyos del Espino: las calles a reventar de nieve y por ellas el ganado desplazándose de lugar. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Mismo lugar, ya con sol. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Al fondo del pueblo podemos apreciar las lisas laderas de La Mira. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Mirando más a la derecha, el Circo y el imponente Cervunal. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Poco a poco a los pueblos fueron llegando las buenas condiciones… (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

…y con ellas, algunas cabras que se acercaban al calor de las zonas rurales. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com.

A medida que avanzamos hacia la Plataforma de Gredos, el terreno se va alisando. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Los esfuerzos de muchas personas por salvar a los animales dieron sus frutos. (Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com).

Foto: archivo Gredos a Caballo, gredosacaballo.com.

Amanece en Hoyos del Espino. Los encargados del Refugio ya barruntaron el temporal la semana anterior y se dieron media vuelta antes de ir a abrirlo durante el fin de semana. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Uno de los primeros días de cielo despejado sobre el Almanzor. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

La cosa desde lejos ya pintaba «blanca» desde el Morezón hasta la Cabeza Nevada. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Salimos de las calles de los pueblos y nos vamos acercando a la montaña. (Foto: Archivo Restaurante La Galana / Restaurante La Galana).

Foto: Oscar Morales / Refugio Elola.

Bonito aspecto de las praderas subiendo hacia la Plataforma… (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

…y de la nieve sobre los árboles. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Paisaje de aspecto siberiano en mitad de la Península. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Con los caballos ya en casa, los guardas del refugio se calzaron las tablas para inspeccionar el estado del edificio y de la zona. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

La carretera permaneció cerrada durante semanas a partir del km 9.  (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Imponente cabra montés a uno de los lados de la carretera. A esta altura los muros y las vallas comenzaban a desaparecer. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Pala a la mochila y a foquear. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

La quitanieves llegó hasta este punto. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Avanzando por el trazado de la carretera. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Ascendiendo hacia el Prado de las Pozas. Los ventisqueros, las dunas y las cornisas habían dado un nuevo aspecto al terreno. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

La mayor parte de las acumulaciones se encontraba en las orientaciones N – NE. A sotavento no había rocas ni había ríos, tan sólo dunas, ventisqueros y llanuras blancas. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Dejando atrás el Prado de las Pozas de camino al Morezón. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Navasomera a reventar de nieve, el mar de nubes 2.000 metros más abajo y al fondo los Montes de Toledo. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Imponentes vistas hacia La Mira. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Síntomas visibles del fuerte viento durante la nevada: ventisqueros descomunales, rocas al descubierto y una gruesa capa de cencellada. No hace falta decir la cantidad de metros de nieve que podía haber en algunos puntos, como la loma que estamos viendo delante de La Mira.   (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Cima del Morezón y los Riscos del Francés, cargados hasta los topes. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Riscos del Francés. ¿Quién diría que no estamos en Alaska? (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Esta es una de las muy pocas fotografías en las que hemos podido encontrar restos de aludes (en la zona derecha de la sombra). A pesar de las enormes acumulaciones de nieve y la humedad, no  se dieron condiciones de gran peligro de aludes, ya que los cambios de temperatura que hicieron que el manto se fuese compactando permitieron que éste se asentara bastante bien.

El Casquerazo, los Tres Hermanitos, el Risco del Enano… (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

…y el Circo de Gredos. Este es el resultado después de una sola nevada. Las acumulaciones en las cuencas de los ríos y en los ventisqueros de orientación norte nos llaman especialmente la atención. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Ya de paso, los guardas del refugio y amigos se hicieron una esquiada inolvidable por las palas del Morezón. Los pequeños tubitos que desembocan en la pala de la foto estaban prácticamente rellenos. Para ubicarnos, la foto está hecha en las amplias palas que hay encima de la Canal de la Mina, mirando hacia la cima del Morezón. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Canal de La Pluma y Cerro de Los Huertos. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Los Tres Hermanitos y el Casquerazo. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

El Perro que Fuma (con el cigarrillo apagado) y el Casquerazo. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Estado del refugio Elola tras el temporal de nieve de 1996: enterrado hasta el segundo piso y con ventisqueros que por poco llegaron al tejado. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Suerte que trajeron las palas. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Almanzor. Se ve otra avalancha de dimensiones medias en la Portilla Bermeja. (Foto: Oscar Morales / Refugio Elola).

Estado de la Plataforma de Gredos al cabo de unos cuantos días más. (Foto: Javier Urbón).

La luna sobre la Portilla Bermeja y el Almanzor. (Foto: Javier Urbón).

La cascada del Escudo. (Foto: Javier Urbón).

Sol y mucha nieve, días de disfrute. (Foto: Javier Urbón).

Los Tres Hermanitos. (Foto: Javier Urbón).

Poco a poco la cencellada se fue derritiendo, dejando a la vista el verdadero espesor acumulado. (Foto: Javier Urbón).

Ventisquero hasta la chimenea del refugio Victory de Galayos. (Foto: Javier Urbón).

Varios metros de nieve acumulados en los tubos de Galayos. (Foto: Javier Urbón).

Por el aspecto del manto nivoso podemos comprobar que ya el proceso de deshielo estaba bastante avanzado. (Foto: Javier Urbón).

Cuchillar de Galayos. (Foto: Javier Urbón).

No soy capaz de reconocer este lugar. (Foto: foro de Nevasport).

(Foto: foro de Nevasport).

Esta foto que nos mostró nuestro amigo Vidal Riojal de ¡¡¡¡Montañas… A Esgalla!!! corresponde a la ascensión al Curavacas por el corredor Fraga el 5 de mayo de 1996. Todavía la cascada estaba formada. No tenemos ninguna foto de enero-febrero, pero según nos ha contado el autor, esta montaña palentina parecía un auténtico merengue blanco, sin ninguna piedra al descubierto. También las montañas del norte adquirieron un aspecto que hace años que no tenían. (Foto: Tente Lagunilla).

¿Cuándo habrá otro 96?

Al ver estos dos reportajes muchos nos preguntamos si existirá otro 96 en el Sistema Central en los próximos años. Se tienen que juntar muchos factores, lo cual reduce las probabilidades. También hay que añadir la tendencia actual, la cual no es demasiado esperanzadora… aun así, alguna vez hemos estado relativamente cerca. De hecho, el récord de precipitación en 24 horas en el Puerto de Navacerrada descrito en la primera parte fue superado este mismo año, en 2014, en un lugar muy cercano, y es que el día 1 de marzo en el Puerto de Cotos se contabilizaron 173 litros/m2, el mayor valor registrado hasta la fecha. Bajando el Valle en Rascafría se registraron 179 l/m2. Aunque la situación atmosférica fue distinta a la sucedida en 1996, lo cierto es que las temperaturas fueron tan solo un par de grados centígrados superiores a lo que habría sido necesario para que en las montañas esta ingente cantidad de precipitación hubiera sido de nieve. Pero no fue así:

De igual manera a como ocurrió en enero de 1996, se produjo un aporte de vientos húmedos y cálidos del suroeste en capas bajas que al elevarse encontró en altura una masa de aire no tan fría como en aquella ocasión. Esto provocó que la cota de nieve fuera subiendo hasta situarse por encima del relieve por lo que la mayoría de precipitación acabó siendo de agua.

Además, esta vez la perturbación no se quedó estancada al oeste peninsular, si no que se fue desplazando hacia el Mediterráneo a gran velocidad por lo que el periodo de lluvias fuertes pasó rápidamente.

A pesar de ello, la gran cantidad de agua caída (y algo de nieve), sumada al acelerado derretimiento de la nieve que había en cotas altas, produjo algunas pequeñas inundaciones en los valles. La curva que se ve en la panorámica es la que se sitúa en la cota 1700 de la carretera que sube a Cotos desde Rascafría. (Foto: Kaiku @kaikuland).

El espesor de nieve era considerable en todo el Sistema Central debido a un invierno con sucesivos pasos de borrascas, algunas muy profundas producidas por ciclogénesis explosivas. Encontrábamos espesores en torno a los 100 cm a 1800 m y entre 150 y 250 cm en cotas más altas. Si las precipitaciones de primeros de marzo hubieran sido de nieve hubiéramos acumulado espesores que desde el 96 no recordábamos. (Foto: Kaiku @kaikuland).
Pero el resultado fue un humedecimiento de todo el manto nivoso que provocó grandes aludes, entre ellos el mayor de los que se tienen registrados en el macizo de Peñalara de los últimos años.

El labio de ruptura de entre 50 y 100 cm de espesor iba desde el extremo de la cornisa de La Ceja por encima de la pared del Trapecio, pasando por encima de la pared Negra, hasta el espolón que baja desde casi la cima de Peñalara. Más de 600 m de anchura que arrastraron una gran masa de nieve hasta la misma laguna Grande, arrancando de cuajo uno de los medidores que tiene la guardería del Parque anclado con grandes pernos por encima de la pared Negra. Afortunadamente, el mal tiempo hizo que no transitara nadie por allí en esos momentos.

También se registraron importantes precipitaciones en Gredos con iguales consecuencias, entre otras una avalancha de nieve saturada de agua (slush) que causó importantes daños en el puente de la Laguna Grande por el que se accede al refugio Elola.

Esta última foto es de enero de 1997. Cayó medio metro en Cercedilla. Recuerdo más nevadas como esta, pero ninguna en los últimos 10 años. A mis 22 años puedo recordar que las nevadas de antes eran mayores que las de ahora, o por lo menos, en el lugar en el que vivo. Los que tienen la edad de mi Padre dicen lo mismo, remontándose a aquellas famosas de los años 70, y los que son más mayores hablan de alguna otra menos conocida, como la de 1954.

Me gustaría pensar que todo forma parte de un ciclo y que pronto volveremos a ver imágenes parecidas a estas en nuestras montañas, pero la realidad es cruel y los datos me dicen que estaría equivocado si pensase así, ya que la tendencia actual de calentamiento no forma parte de un ciclo natural, sino de una anomalía acelerada causada por el efecto del hombreCada día más científicos lo prueban y a sus estudios nos podemos remitir.

Recordamos las nevadas antiguas con nostalgia, con el amargo pensamiento de que quizás no vuelvan a suceder, Guardamos estos documentos, que son muy útiles, no sólo para revivir aquellos momentos, sino para recapacitar sobre nuestras acciones y pensar en actuar lo más rápido posible, en cambiar de rumbo. ¿Será posible decir en un futuro que «al menos lo intentamos»?

Texto: Álvaro Pantoja; Imágenes: consultar pies de foto.

Agradecimientos: Javier Urbón, Rafael y Rhut (Gredos a Caballo), Óscar Morales (Refugio Elola), Roberto Muñoz (La Bodeguilla), Esther Miquel, Antonio Fernández-Cañadas, Belén (Restaurante La Galana), Vidal (Montañas a Esgalla), Raúl (Kaiku).

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Categorías: NATURALEZA, Nivología

Canal de Tejea y Canal Rectilínea

Última actividad del Proyecto Gredos por esta temporada. Además de las líneas que hemos hecho en el Circo, hemos conseguido el objetivo que teníamos: conocer las vertientes suroeste y oeste del Almanzor y el Cuchillar de Ballesteros. Comenzamos adentrándonos en la Canal Izquierda de las Canales Oscuras, por ser la más visible y franca. Más tarde nos acercamos a una de las más directas, la Canal Central que parte de la Portilla de los Cobardes (pronto habrá reportaje sobre ello) y para terminar hemos bajado a una de las zonas que más nos han atraído desde el principio: la Canal de Tejea desde el Cuchillar de Ballesteros  hasta los saltos de agua que dan a parar al Boquerón de Lancha Blanca. El plato fuerte vino en el ascenso, cuando decidimos subir por una de las canales más espectaculares de toda esta zona.

Ficha Técnica                                        Mapa de Situación                                             Vídeo

Estamos intentando ser algo rigurosos con la toponimia, si bien podemos confundirnos, ya que esta zona es completamente nueva para nosotros y no hemos encontrado ningún mapa en el que aparezcan concretados muchos de los lugares de los que hablamos. Estaremos encantados de que nos aviséis de las incorrecciones que encontréis.

Esta vez para variar, salimos de la Plataforma a las 6 de la tarde. Mañana será un día duro y es mejor reservar fuerzas.

La nieve comienza muy arriba subiendo al Morezón. Decidimos traer zapatillas y hacer el cambio antes de las últimas rampas. Al menos, esperamos tener continuidad hasta el refugio.

Diferencias con las dos excursiones anteriores del último mes: Mucho más viento y más frío. La nieve en la sombra permanece helada y eso jugará mañana en nuestra contra. Además vamos con mucha prisa porque a esta hora ya están empezando a servir la cena en el refugio Elola.

La norte del Morezón es de las pocas laderas a las que da el sol a estas horas y lo aprovechamos bajando por la directa a gran velocidad.

Un fotograma de la cámara de Alberto durante un derrape con el viento en contra. Momentos brutales.

De repente nos encontramos un agujero con una cascada en medio de la canal y nos vemos obligados a destrepar por un lado. ¡FRRREEERRRAITENN!

Puede que no bajemos del tirón, pero nos lo pasamos como enanos.

Sin ajustar los horarios, pero con cierta impaciencia, ascendemos por la Canal de Isabel II hacia el Venteadero para acercarnos al Cuchillar.

Hemos subido demasiado deprisa y aun da la sombra en la cara oeste de Ballesteros. La nieve está como una piedra en esta vertiente.

Esperamos a que de el sol durante casi dos horas mientras observamos este solitario lugar. Buscamos un balcón en el que tomar algo y nos movemos por las aristas para intentar ver qué hay al fondo de la Canal de Tejea.

Buscamos referencias también para el ascenso, aunque no sabemos bien cuál será el mejor camino.

En mitad de estas laderas que están frente al Asperón se encuentra la canal rectilínea por la que subiremos más adelante.

Comenzamos muy despacito. La nieve empieza a reblandecerse en algunos lugares. Dejamos a la izquierda las empinadas canales de Ballesteros y atravesamos a las primeras rampas de la Canal de Tejea. Algunos pasos están cortados, como este primer embudo.

La huella que dejan los cantos de neustras tablas es cada vez más fina según avanzamos hacia las palas más orientadas al noroeste. Destapamos la punta del bastón-piolet y afianzamos cada paso. Alberto es el primero en atravesar esta delicada zona. En ocasiones no entra casi ni la punta del piolet. En estos momentos la concentración es máxima y debemos afrontarlo con mucha decisión; no vale vacilar.

En este punto Álvaro no lo ve claro y dudamos si es mejor detenernos en un lugar seguro para colocarnos los crampones y remontar estos primeros metros. Pensamos que no es buena decisión, ya que el remedio sería peor que la enfermedad. Cualquier camino es menos seguro que el que ya ha hecho Alberto hasta la arista de nieve que tenemos en frente. La experiencia del patriarca es decisiva: en un momento atraviesa la zona hasta donde Alberto se encuentra, demostrando que con confianza y una buena separación entre tablas el agarre de los cantos es suficiente. Álvaro retoma el ritmo y continuamos.

Efectivamente, al otro lado de la arista la nieve está más blanda y podemos girar con mayor seguridad. Continuamos por estas empinadas rampas hacia el siguiente embudo, que encauza todos los corredores y palas en una única canal.

Tenemos que sortear unos cuantos cortados de roca.

En esta zona disfrutamos más pero no perdemos cuidado. La exposición aun es muy alta.

Nos vamos adentrando en las paredes de la Garganta.

Entramos en unas divertidas curvas en las que vamos encontrando cada vez más restos de antiguas avalanchas: agujeros, depósitos y canalonas.

También cruzamos unas cuantas grietas que nos indican la existencia de saltos de agua varios metros por debajo de nuestros pies.

Cada vez el terreno es más caótico.

Nos quitamos los esquís justo antes de un corte en la canal, aunque esta sigue hacia abajo hasta donde nos alcanza la vista.

Ya desde abajo sólo podemos ver un caos de rocas y espolones. Este sitio te da la sensación de estar completamente perdido y alejado de todo. Tan inaccesible es por arriba como por abajo, sea invierno o verano.

Nos detenemos justo antes de que se corte la canal en uno de los grandes escalones que forman la Garganta de Tejea antes de llegar a la Lancha Blanca.

Sacamos todos los archiperres y comenzamos el ascenso. Aquí el caudal de la Garganta de Tejea se escucha bajo la nieve y no nos da ninguna confianza ver algunos agujeros profundos a nuestro paso. Por esta razón nos decantamos por subir por una canal que sale a la derecha que ya conocíamos. No sabemos si tiene nombre, pero siempre la hemos llamado «Canal Rectilínea» o Canal de Alberto:

No tenemos ninguna foto nuestra desde un punto de vista lejano, pero sabemos que el mejor lugar para verla y comprender por qué la llamamos «Canal Rectilínea» es la cima del Asperón. A lo largo de los últimos años, Alberto no ha dejado de interesarse por ella y hemos encontrado muchas fotos rebuscando en internet, que nos han servido para ubicarla y estudiar al máximo sus posibilidades. Para nosotros es la canal más espectacular de toda esta  zona. Era uno de los grandes objetivos de este proyecto y no podíamos dejarla para el próximo año.

Esta foto no la hemos hecho nosotros, pero la ponemos porque se ve muy bien la Canal Rectilínea. Sentimos no poder nombrar al autor porque nos la descargamos hace mucho tiempo.

Lo de «Canal de Alberto» es por la brasa que nos ha dado con ir a este corredor desde la primera vez que lo vio. Fue él quien lo señaló con el dedo por primera vez, y como es un chico de ideas fijas, pues aquí estamos.

Primeros metros: nieve perfecta.

Primer paso entrecortado. Ya es demasiado tarde y por dos roquitas, no la encontramos con continuidad hasta arriba. Estos resultan ser los pasos más delicados porque la nieve está muy fina y en cualquier momento podemos romper los puentes de nieve.

La inclinación es mantenida en toda la línea, teniendo algunos repechos de unos 60º aproximadamente.

No sabemos cómo es la salida de la canal por la parte de arriba, si bien lo hemos intuido mil veces estudiando fotografías. Disponemos de la cuerda si es necesario rapelar, pero no descartamos tener que bajar de nuevo si lo vemos demasiado feo. Es curioso, pero en estos lugares estamos mucho más seguros con los esquís puestos antes que con los crampones.

No podemos ver lo que hay en los últimos metros de la parte superior. Hay una pequeña curva y todo indica a que el final es un paso de roca. Seguimos.

Otro delicado puente de nieve.

Como habíamos previsto, nos encontramos con dos bloques de roca en la parte superior. Por suerte no son muy complicados y salimos sin problemas.

Desde el otro lado del espolón que hemos subido es casi imposible intuir desde dónde sale la canal. Es como llegar a ningún sitio. De pronto, estás en medio de la nada.

Pero sabemos que si andamos hacia arriba encontraremos salida por la arista que vimos esta mañana.

Hasta la cima del Cuchillar tenemos un gran patio a ambos lados.

Hemos tardado dos horas en subir hasta aquí y nos queda remontar toda la arista. Son las 5 de la tarde y debemos llegar al coche hoy. Aun queda mucha paliza.

Las vistas de la Garganta de Tejea son impresionantes desde aquí, pero no tenemos tiempo para disfrutar demasiado de ellas. Después de parar en el refugio a tomar algo nos ponemos las zapatillas y de camino a los Barrerones se nos hace de noche. 14 horas de actividad que nos dejan con pocas fuerzas, pero muchas ganas de volver el próximo año. Aún no hemos traído los tablones de freeride… 

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: Esquí de Montaña

Video de la entrada a la Canal Tejea

Video en bruto de los primeros metros de travesía para entrar a la Canal de Tejea (cara W del Cuchillar de Ballesteros). Nieve muy dura y alta exposición. Producción: equipo RECmountain

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña

Andando bajo los robles de Tejea

Durante estos días lluviosos dejamos aparcados los esquís, pero seguimos visitando nuevos lugares para nosotros. Nos calzamos las zapatillas y partimos hacia la zona que estos días ronda nuestros pensamientos: la Garganta Tejea. Al pasar el Puerto del Pico el cielo cambia bruscamente y nos adentramos en un denso mar de nubes, así que decidimos buscar cobijo bajo los robles centenarios que hay a la entrada de este valle.

Ficha Técnica                    Mapa de Situación

                   

Da igual la época en la que vengamos, siempre está impresionante.

Telaraña de Perlas.

Por el camino nos detenemos en esta cascada del río Arbillas.

Según vamos remontando la Garganta de Tejea desde El Raso nos vamos encontrando innumerables pozas azules espectaculares…

…fantasmagóricos robles centenarios…

…y enormes bloques de roca, que a saber desde dónde han caído.

Escuchamos el murmullo del río al encajonarse entre las paredes de roca.

Por suerte, las nubes suben de altitud y podemos ver el camino que hemos recorrido. La amenaza de tormenta nos hace retirarnos antes de tiempo y nos quedamos con las ganas de ver desde aquí abajo las montañas que hemos recorrido en días anteriores.

Este lugar es salvaje, está lleno de vida. Andamos con ojo después de habernos quitado un par de garrapatas de encima y de encontrarnos una víbora en el camino. Tanto esquí nos ha hecho olvidar que estamos ya en plena primavera…

Una poza más.

Alcaudón común y verdecillo compartiendo árbol.

Debe ser impresionante ver este río a tope de agua.

Ya estamos enamorados de este lugar.

Cada rincón merece una pausa.

No nos importaría mimetizarnos con este paisaje una vez más, aunque aun nos quedan muchos sitios por descubrir en esta Sierra. Quién sabe si volveremos a repetir…

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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Categorías: NATURALEZA, Reports Naturaleza

Las Canales Oscuras con esquís

Continuamos nuestro Proyecto Gredos con una actividad que llevamos mucho tiempo esperando poder hacer: bajar esquiando las Canales Oscuras de la cara suroeste del Almanzor. Fue hace unos años cuando vimos por primera vez una foto de la cara oeste del Cuchillar de Ballesteros completamente blanco por la nieve y la cencellada, dando a este cercano lugar un aspecto fácilmente confundible con el de montañas mucho más altas. Desde entonces no hemos parado de estudiar la zona con la ayuda de mapas, fotos, reportajes en blogs de alpinismo y demás herramientas que nos pudiesen ofrecer una visión más concreta de esta vertiente salvaje al otro lado del Circo. Después de muchísimo estudio, decidimos que ya era hora de ir a conocerlo.

                 Ficha Técnica                                          Mapa de Situación

          

Esta es una actividad que hemos podido realizar gracias a que se han juntado varios factores esenciales. En primer lugar, hay que tener una gran técnica en pendientes inclinadas, conocimientos de alpinismo y la experiencia necesaria como para conocer con exactitud nuestras capacidades y nuestros límites. No podemos permitirnos un sólo error aquí, ya que las consecuencias pueden ser fatales. Debemos conocer muy bien el terreno y para ello el estudio de la zona y de las condiciones ha de ser preciso. La primavera es la mejor época para hacer este tipo de descensos, pero también debemos escoger muy bien tanto el día como la hora.

Tenemos muy buen sabor de boca de lo que hemos hecho la tarde pasada. Llegamos a Gredos abriendo el descenso del Corredor Mari Carmen y estamos muy contentos por haber empezado este proyecto con tan buen pie. Ahora todo duerme, aúnque a la luz de la luna todavía podemos ver algún desprendimiento bastante grande de bloques de hielo en las cascadas cercanas, quizás debido a las contracciones del frío.

Mientras nuestro material se seca al calor de la estufa, le damos un repaso a nuestros planes para mañana. No tendremos claro lo que haremos hasta que lo veamos con nuestros propios ojos, pero es muy importante tener unos buenos esquemas mentales del lugar por el que vamos a ir.

Nadie madruga más que Siula, que ha estado guardando el refugio Elola toda la noche. Antes de que la luz nos alcance, ya estamos preparados para salir. No tenemos ninguna prisa, sabemos que hay que esperar a que la nieve se reblandezca por el sol y debido a la orientación de las laderas a las que nos dirigimos, más vale pecar de pacientes.

Estos días el sol está apretando muchísimo y la nieve no tarda nada en reblandecerse. Como siempre, la vista de la norte del Almanzor nos sobrecoge.

Tal y como decían las previsiones, las nubes empiezan a aparecer desde primera hora. Subir sin prisa nos permite disfrutar de las espectaculares vistas de los Tres Hermanitos y el Perro que Fuma.

Elegimos una bonita línea de subida bajo el Ameal de Pablo.

Los cúmulos se desarrollan con rapidez sobre la Garganta de Chilla.

Subimos a las agujas del Cuchillar de Ballesteros con la intención de obtener nuestra primera visión general de la zona.

La cara oeste del Cuchillar impone.

Poco a poco vamos reconociendo el terreno que tantas veces hemos estudiado en los mapas. A la derecha los Riscos del Gutre, más a la izquierda las laderas se adentran en la Garganta de Tejea. A medida que ascendemos vamos viendo los Riscos de las Natillas, el Asperón, los Castillejos…

Hemos esperado a que las condiciones de la nieve sean perfectas, la meteorología es muy buena y vamos bien de tiempo, pero de momento, por esta canal no nos atrevemos. Desde aquí arriba, la Canal principal de Tejea tiene resaltes que no podemos ver y a pesar de las altas temperaturas, quedan zonas de nieve más dura. No nos cuesta nada renunciar, sólamente verlo ya ha merecido la pena.

Continuamos cresteando…

El patio desde aquí es considerable. Seguimos hacia las Canales Oscuras.

Estamos un buen rato mirando la posible línea de descenso. Sabemos que si seguimos cresteando accederemos a una de las canales más evidentes. Nos parece que se llama Canal Izquierda, ya que existen 3 corredores principales en esta vertiente del Almanzor. No es de las más difíciles y la orientación suroeste constante nos hace confiar en que la nieve aquí pueda ser algo más homogénea que en otras canales.

Lo vemos claro, así que quitamos pieles de foca y nos preparamos para bajar.

Sabemos que las primeras palas que hay entre el Cuchillar y el Almanzor son menos inclinadas y sería un error confiarse, ya que son convexas y van ganando pendiente progresivamente. Despacito avanzamos hacia un lugar que no llegamos a ver. Hay mucho patio en este sitio.

La pendiente que esquiamos desaparece hasta unos 600 o 700 metros más abajo. Aunque la nieve es muy blanda, es muy difícil que paremos una caída por aquí. Además tenemos otro gran riesgo en esta vertiente, que son las coladas de fusión que vamos creando a nuestro paso y que en seguida adquieren muchísima velocidad y fuerza.

Alberto va abriendo la línea. Al fondo, los múltiples corredores que conforman las Canales Oscuras bajo el Cuerno del Almanzor.

A cada giro nos va invadiendo una sensación de inmensidad brutal.

Estamos en la zona intermedia de la Canal Izquierda. Poco a poco se van ensurcando las coladas y esquiamos mirando para arriba de vez en cuando. Estas tienen la fuerza y la velocidad suficientes como para tirarnos y arrastrarnos. No nos imaginamos cómo será en invierno con nieve reciente…

Llegando a la zona inferior la nieve empieza a escasear en algunos puntos y andamos con mucho cuidado de no colarnos por un agujero al Arrollo del Charco Zarco.

Toda la nieve rota que se ve en este fotograma está en movimiento. Las avalanchas nos obligan a detenernos en lugares seguros para esperar a que pasen.

Cuando lo gordo ha pasado, bajamos nosotros.

En esta zona inferior nos permitimos coger velocidad para poder adelantar a las coladas de nieve. Unos metros más abajo hay cortados de roca, que bordearemos para encontrar un lugar en el que parar para volver a subir.

Cruzamos los depósitos de nieve que ya están prácticamente detenidos.

La falta de nieve no nos permite bajar más. ¡Ya está hecho!

Casi no nos da tiempo a saborear el bocata. Grabamos unos planos y nos vamos pitando para arriba. El cielo burbujea cada vez a mayor velocidad.

Por detrás de Peña Chilla vemos cómo se alimenta un gran cumulonimbo. Habrá suerte si la dirección del viento no cambia.

Entre los esquís, bastones y piolet, llevamos un montón de puntas metálicas y eso no nos hace ninguna gracia. Subimos a muy buen ritmo.

La Garganta de Chilla se oscurece muy rápidamente, pero el viento del noroeste impide que el cumulonimbo ensombrezca nuestro camino.

Abrimos huella remontando hacia los hombros y las aristas debido al peligro de aludes en las canales. 

A pesar de nuestro temor por vernos envueltos en una tormenta durante nuestro regreso, no dejamos de disfrutar de estas condiciones tan brutales. La luz en algunos momentos es preciosa. ¡Ojalá tuviéramos más tiempo!

Las gargantas de la vertiente sur de Gredos son inmensas.

Últimos metros antes de llegar al Cuchillar de Ballesteros.

Parece que tenemos suerte. El cielo ha permanecido azul durante todo el ascenso.

Nos despedimos de la imponente garganta de Tejea, aunque será por poco tiempo…

Bajamos por el Zócalo del Almanzor al Refugio antes de hacer la última subida del día al Morezón para volver al coche. En esta vertiente ha dado el sol con fuerza durante todo el día y formamos grandes coladas de fusión. En las zonas más empinadas del Zócalo los ríos de nieve cogen una velocidad impresionante. 

En total 1500 metros de desnivel en el día de hoy. Nos quedamos con muchas ganas de seguir esquiando por aquí, pero nos tenemos que volver a casa para coger fuerzas, cargar baterías, descargar tarjetas y esperar a que vuelva el sol. De momento, las primeras etapas del Proyecto Gredos van de maravilla. 

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Corredor Mari Carmen

Esta es una de las actividades más potentes que hemos realizado. Comenzamos el Proyecto Gredos con la apertura de una línea empinada, estrecha y expuesta: el Corredor Mari Carmen. Pensamos que puede ser un primer descenso, ya que el itinerario realizado anteriormente por esquiadores, como Miguel Ángel Vidal, evita el tramo final justo antes del segundo embudo. Llevamos unos cuantos años esperando a que las condiciones sean favorables para poder realizar estas actividades en Gredos y este parece ser un buen momento para empezar.

                     Ficha Técnica                                          Mapa de Situación

          

Comenzamos nuestra excursión desde la Plataforma con las botas puestas. Antes de llegar al Prado de las Pozas ya hay nieve, así que merece la pena dejar las zapatillas en el coche.

Ya echábamos de menos recorrer este salvaje lugar.

Es una grata sorpresa saber que hay continuidad desde el primer nevero. Está haciendo mucho calor estos días y pronto irán desapareciendo algunos puentes de nieve.

La cara sur nos ofrece unas vistas espectaculares de la Garganta Blanca y el embalse de Rosarito.

Ambiente alpino desde la cima del Morezón.

Primer descenso del día: Canal de la Mina. El primer resalte rocoso está completamente al descubierto, impidiendo el paso sin tener que quitarnos los esquís y sin mojarnos, debido a la cascada que baja por el bloque rocoso principal. Esta vez llegamos demasiado tarde, habrá que esperar a la próxima temporada. No nos queda más remedio que remontar unos metros para bordear la canal. Ninguno de los dos resaltes tiene nieve. Primer intento fallido.

Vista de la noroeste del Morezón y la canal de la Mina (a la izquierda de nuestro descenso, marcado en rojo).

Aun queda bastante espesor en el Circo de Gredos. El puente que lleva al refugio Elola se torció durante los periodos de fuertes precipitaciones de los meses pasados, aunque se puede utilizar perfectamente.

Nos ponemos los esquís a la espalda para comenzar la segunda actividad del día.

Alberto ya llevaba mucho tiempo con la vista puesta en esta canal. Es el Corredor Mari Carmen. Esta línea paralela a la Canal de las Hoyuelas tiene 350 metros de desnivel y el punto de máxima inclinación puede alcanzar los 50º. La inclinación va aumentando a medida que descendemos, pasando por dos embudos de roca que pueden llegar a ser tan estrechos como nuestros esquís en algunos puntos. La parte más inclinada es también la más expuesta, ya que es una pala que escupe directamente a las paredes de roca de la cascada Mari Carmen. Nosotros flanqueamos la cascada por el lado izquierdo atravesando las terrazas de roca que quedan junto a ella. Una vez superadas las terrazas, tenemos una pala cómoda que llega a la Laguna Grande.

Nieve muy blanda en todas las vertientes. Subimos por la Canal de las Hoyuelas, que está completamente barrida por las coladas de fusión. Este es uno de los grandes peligros en esta época de tanto calor.

Al igual que en Guadarrama, se puede distinguir perfectamente la nieve nueva de la antigua, que está teñida de marrón por el polvo sahariano.

Los cúmulos no llegaron a desarrollarse demasiado, por suerte para nosotros…

…gracias a ello, tuvimos una tarde preciosa con el Almanzor cubierto al fondo.

Nos desviamos hacia el Risco del Enano antes de llegar a la Portilla de las Hoyuelas.

Condiciones perfectas. Comenzamos.

Primeras palas, poco inclinadas. No hay que confiarse, tenemos que asegurar cada giro. La zona inferior son todo cortados de roca.

Pronto las laderas se encauzan hacia el primer embudo. La convexidad de la zona inferior impide ver el segundo tramo de la canal.

Primer embudo, de unos 40º o 45º de inclinación, en el que debemos ser muy precisos al girar. Se pueden observar los surcos que dejan las coladas a nuestro paso.

Llegamos al segundo embudo. Aquí la inclinación empieza a ser más acusada. Vamos de uno en uno para que no nos arrastren las coladas que formamos.

Al fondo del embudo podemos ver las rocas de la cascada y más abajo la laguna.

Nos detenemos en los puntos protegidos por las piedras aprovechando para grabar y hacer las fotos.

Salimos del embudo. Debemos tener decisión y las cosas muy claras a la hora de dar cada giro. La salida la haremos hacia la izquierda, dejando bajo nosotros los cortados de roca.

La realización del giro ha de ser tan contundente como suave.

Nos encaramos hacia la izquierda para salir de la escupidera.

Tenemos un patio considerable sobre estas terrazas de roca. Los neveros son bloques duros que suenan a nuestro paso. Es una travesía delicada sobre planchas de roca muy inclinadas.

Al fin llegamos al último resalte. Aquí nos permitimos esquiar con mucha más soltura y velocidad, ya con la buena sensación de haber realizado con éxito la actividad. Ha sido realmente bonita.

Última terracita y llegada a las suaves laderas de la laguna.

No dejamos de mirar hacia arriba recordando todos los puntos por los que hemos pasado. Después de una actividad así de intensa, se queda una sonrisa permanente en nuestras caras.

Volvemos al refugio Elola con la mente puesta en la actividad del día siguiente… ¡esto sólo acaba de empezar!

Vista del Corredor Mari Carmen desde el refugio.

La línea azul de la izquierda marca la Canal de las Hoyuelas. La de la derecha es la Canal del Enano, descendida por primera vez por Miguel Ángel Vidal hace ya unos cuantos años.

Por la noche en el refugio miramos el libro de reseñas, con la sorpresa de encontrarnos la página que escribió el Patriarca Rider cuando bajó la Noreste del Almanzor en el 86.

Intentaremos seguir dibujando alguna línea más en estas páginas. De momento, nos quedamos con una experiencia magnífica en estas lejanas e imponentes montañas.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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