Pico Murcia: cara Este directa

La cara Este del Pico Murcia nos ofrece una zona alta amplia y algo empinada, y una parte final con varias canales estrechas que nos llevan hasta el fondo del valle. Una preciosa excursión en el corazón de la montaña palentina, con vistas a los imponentes Espigüete, Peña Prieta y Curavacas.

Ficha Técnica                                           Mapa de Situación

                    

Aprovechando nuestra visita a la XVII Semana de Montaña de Guardo a la que nos invitó nuestro amigo Vidal, y aunque por allí el invierno no ha sido demasiado bueno de nieve (por no decir que ha sido malo), las vertientes más umbrías conservaban unas condiciones aceptables. El anticiclón instalado en la península nos dejaba días calurosos y noches frescas por lo que la nieve permanecía dura hasta mitad de la mañana, aunque en las umbrías no llegaba a transformarse del todo. Por esa razón descartamos intentar bajar cualquier cara norte empinada y buscamos objetivos más soleados. La cara Este del Pico Murcia era perfecta.

Desde Cardaño de Arriba salimos el grupo formado por Rubén Marcos, Vidal Rioja, Luna Redondo y los Pantoja (Álvaro, Alberto y Luis). Según Vidal nos esperaba un corto pateo de media hora porteando los esquís en la mochila por el arroyo de Valcabe rodeando el Cerro del Sillar, que al final sería algo más ya que no encontramos nieve hasta que llegamos a los pies del Pico Murcia. Un pico con forma de pirámide que se alzaba sobre nosotros mostrando su interesante cara este y que nos pedía que la esquiásemos.

Ya con las tablas en los pies la cómoda subida va ganando altitud a medida que rodea el pico por su vertiente sur, presentando un circo recogido y con un gran ambiente alpino. Es una zona en la que, en caso de inestabilidad del manto, puede resultar algo expuesta a los aludes ya que está coronado por una buena cornisa y las laderas son amplias y con la pendiente propicia al deslizamiento.

Según nos íbamos introduciendo en el circo, nos fuimos arrimando a la vertiente sur del Pico Murcia, bastante pelada de nieve, para remontar hasta el collado de su espolón sur. Esta cresta que separa la montaña palentina de la leonesa, tiene unas vistas excepcionales de la inmensa cara norte del Espigüete, que fotografiamos para estudiarla en casa. Después, seguimos foqueando por la cresta hasta que la nieve se acabó.

Con las tablas en la mochila trepamos la cómoda y corta arista que lleva hasta la cumbre, mientras se abren a nuestro alrededor nuevos paisajes que no conocíamos y que nos hacen maquinar futuros proyectos, siempre con los esquís a cuestas. En poco tiempo alcanzamos la cima del Pico Murcia de 2341 m de altitud, en el centro de este macizo montañoso que tanto nos gusta.

Unas pocas fotos en la cima, un trago de agua y nos calzamos los esquís para gozar el descenso. Desde arriba se ve una bajada franca, con pendiente mantenida pero no demasiado inclinada, entre 30º y 35º con algún resalte más pronunciado. El primero en lanzarse es Álvaro que le da con potencia y velocidad, del tirón hasta el falso llano que conduce a la zona baja. Ha hecho un auténtico bajadón: muy, muy rápido y sin parar.

Es el turno de Luna, que también lo hace con decisión y seguridad. Después vamos bajando los demás pero con algunas paraditas para las fotos y alguna toma de vídeo. La nieve crema está en unas condiciones perfectas para deslizar rápido: ni demasiado dura para que sea peligrosos correr, ni demasiado blanda como para que se enganchen las tablas.

La zona intermedia tiene escasa pendiente y nos lleva rápidamente a la entrada a los tubos de abajo. No debemos equivocarnos de entrada ya que alguno de ellos está cortado y no tiene salida.

El tubo final estaba a la sombra todavía por lo que encontramos la nieve más dura, así que lo bajamos de uno en uno tranquilamente. Embocamos la entrada al tubo y enseguida, una travesía hacia nuestra izquierda, nos llevaba a la zona estrecha. En esta zona, la más empinada de la bajada (unos 40º), encontramos la nieve algo dura y con rocas aflorando por lo que había que descender con un poco de cuidado.

Las rampas finales entre los arbustos nos llevaban hasta el arroyo donde por fin nos tomamos el bocata. Al final resultó ser una actividad en la que disfrutamos mucho, pero no ya en sí por el descenso, sino por lo bien que lo pasamos junto a nuestros amigos del norte. ¡¡¡Gracias a esgalla!!!

Texto: equipo RECmountain; imágenes: Rubén Marcos, Vidal Rioja y RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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