Pico Aspe, arista SW

Los 2640 m del Pico Aspe culminan una variada y entretenida ascensión por su vertiente suroeste desde el Valle de Aísa. Después de atravesar los pastos de montaña, la ruta asciende por un blanco y laberíntico paisaje kárstico hasta alcanzar la fácil arista de roca oscura que nos lleva hasta la cima.

 

Ficha Técnica                    Mapa de Situación

                    

Recorriendo los Valles Occidentales del Pirineo aragonés, recalamos en este valle que no conocíamos y que nos encantó. Desde Jaca, una estrecha carretera se adentra en el valle desde los pueblos de Tiesas Bajas y Tiesas Altas, hasta llegar a Aísa en donde tienen una magnífica área camper. Siguiendo valle arriba llegamos al final de la carretera en donde podemos aparcar y comenzar nuestra ruta, y desde donde podemos ver el Pico Llena de la Garganta cerrando el valle.

Salimos desde los 1470 m continuando la pista por una rampa hormigonada hasta las cercanías del refugio Saleras, en donde se abre el valle y podemos ya contemplar las montañas que rodean el valle. El camino cruza el río y asciende por una larga cresta que se dirige directa hacia el Pico Llena de la Garganta, dejando a la derecha la Fuente de Rigüelo.

A nuestra derecha dejamos el circo formado por el Pico Rigüelo, los Mallos de Lecherín, el Sombrero, la Garganta de Borau y el Pico Aspe. Nosotros nos dirigimos directos hacia el embudo, un paso que franquea la barrera rocosa bajo los contrafuertes del Pico Llena de la Garganta. Al llegar al paso del embudo, el camino gira hacia el este para ir ascendiendo en fuerte pendiente, y girando poco a poco hacia el norte, hasta Las Llanas.

En Las Llanas comienza la parte más entretenida de la ruta, adentrándose en una zona kárstica que resulta laberíntica, con la blanquísima roca caliza resquebrajada en fisuras y simas por todas partes. Me recuerda el paso por un glaciar cuarteado en donde tenemos que buscar el camino correcto para atravesarlo. Afortunadamente tenemos hitos que nos marcan de forma inconfundible por donde avanzar.

Entre los huecos de las rocas y al abrigo de ellas, crecen cantidad de flores y plantitas como los famosos “edelweis”, o las “carlinas” o “espantabrujas”. Estos cardos se colocan en las puertas de las casas para ahuyentar los malos espíritus.

Después de atravesar este glaciar de piedra caliza, cambiamos de terreno a roca oscura y alcanzamos el Paso de la Garganta de Aspe. Desde aquí podemos contemplar el impresionante paredón nordeste del Pico Llena de la Garganta. Giramos en dirección este hacia la cima del Aspe por una fácil cresta en la que prácticamente no tenemos ni que echar las manos a la roca.

Sin más dificultades se llega a la cumbre del Pico Aspe de 2640 m, desde donde podemos ver hacia el norte el Pico Llena del Bozo y Llena de la Garganta, y hacia el sur la Garganta de Borau, El Sombrero y los Mallos de Lecherín. Y tras reponer fuerzas, desandamos el camino hacia el valle.

Descendemos los casi 1200 m de desnivel sin prisas, disfrutando de las paredes y prados que conforman el paisaje, de los zorzales entre los colores ya otoñales del bosque, o del mirlo acuático bañándose en las frías aguas del río.

Finalmente podemos relajarnos en nuestra casa con ruedas en este rincón del que no nos queremos ir. Un valle con menos presión turística pero con todos los encantos del Pirineo. Seguro que volvemos…

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.


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