Cartografías de aludes. Clasificación del terreno. Evaluadores

Cuanta mayor información tengamos sobre los peligros a los que nos enfrentamos en la montaña, más fácilmente podremos evitarlos. Las cartografías de aludes de una cordillera, los mapas de clasificación del terreno por su exposición a los aludes y los evaluadores que combinan el índice de peligro de aludes con el terreno por el que transitar, nos van a facilitar la toma de decisiones para afrontar o no un itinerario.

El riesgo de que se produzca un alud es inherente a cualquier montaña con nieve. Si bien es verdad que nuestras cordilleras no tienen tanta nieve como otras más altas y que los aludes no son tan devastadores, no debemos olvidar que hay otro factor que debemos contemplar: la exposición a que este riesgo produzca un daño. La popularización de los deportes de invierno y la gran afluencia a la montaña que venimos observando en estos últimos años, produce que el peligro de que una avalancha afecte a personas sea tan elevado como en otras montañas más altas.

El conocimiento sobre la nieve y los aludes, y el disponer de datos sobre ellos, nos van a facilitar mucho la toma de decisiones cuando nos enfrentemos a la disyuntiva de realizar una actividad o darnos la vuelta y quedarnos en casa. Ahondaremos en otro momento acerca del método 3×3 para evaluar la peligrosidad por aludes, que se basa en contemplar tres criterios fundamentales (condiciones nivometeorológicas, terreno y factor humano) en tres ámbitos diferentes (regional, local y zonal). Cada vez contamos con más cordilleras en las que se elaboran Boletines Nivológicos que nos informan del peligro de aludes según la Escala Europea. Pero también tenemos cada vez más regiones en las que se elaboran mapas con los aludes observados, con sus trayectorias más habituales y con las zonas en donde se dan las características más favorables al desencadenamiento de éstos.

LAS CARTOGRAFÍAS DE ALUDES:

Gracias a la información obtenida de guías de montaña, guardas de refugios, profesionales de las estaciones, montañeros expertos, cuerpos de los servicios de rescate y particulares, en muchas montañas se han podido dibujar mapas representando los aludes que se han observado. El empleo de los Sistemas de Información Geográficos (SIG) está haciendo que cada vez tengamos más terreno estudiado. Básicamente suelen dibujarse esas zonas en donde se ha registrado un alud (con su zona de ruptura, trayectoria y depósito), anotando el número, tamaño y tipo de los aludes observados. En algunos más completos se dibujan también zonas en las que, aunque no se hayan observado aludes, son propensas al desencadenamiento de ellos debido a que reúnen las mismas condiciones propicias.

Cartografía de Aludes obtenida del trabajo “Los Aludes de Nieve en el Macizo de Peñalara”. Autor: J. A. Fernández-Cañadas.

Cartografía de Aludes obtenida del trabajo “Evaluacion y cartografia del riesgo de aludes en el camino PR‐PNPE 21 de acceso a la Vega de Urriellu, Picos de Europa”. Autores: Vada, J.A.; Frochoso, M.; Vilaplana, J.M.

Cartografía de Aludes obtenida del trabajo “Los Aludes de Nieve en el Alto Sil”. Autores: J. Santos González; J. M. Redondo Vega; A. Gómez Villar; R. B. González Gutiérrez

Cartografía de Aludes de La Vall d’Aneu y Sant Maurici. Publicada por el Institut Cartografic i Geologic de Catalunya.

LAS CLASIFICACIONES DEL TERRENO POR SU EXPOSICIÓN A LAS AVALANCHAS:

Suele usarse la clasificación del terreno según la Escala de Terrenos Expuestos a Avalanchas, ATES (Avalanche Terrain Exposure Scale) y que fue desarrollada por el personal de los Parques de Canadá para ayudar a los montañeros a evitar su exposición a los aludes eligiendo los itinerarios más adecuados en cada situación nivológica concreta. Consiste en una clasificación del terreno comprendido en una determinada zona montañosa, en base a diferentes criterios geomorfológicos y nivológicos.

Mapa ATES Peñalara

Mapa Ates en el Valle de Arán

La ATES evalúa la dificultad de un terreno clasificándolo en tres posibles tipos: simple, desafiante y complejo. Los criterios de esta clasificación y de su uso están dados por un Modelo Técnico utilizado por los profesionales que se basa en 11 variables discretas:

  • Pendiente
  • Forma de la ladera
  • Densidad del arbolado
  • Trampas del terreno
  • Frecuencia de aludes
  • Densidad de zonas de salida de aludes
  • Características de las zonas erosionadas por aludes
  • Intersección con las zonas de trayecto de aludes
  • Opciones de la ruta
  • Tiempo de exposición
  • Existencia de glaciares

Existe, sin embargo, otro modelo de la ATES, el Modelo de Comunicación Pública, destinado al usuario no especializado, que simplifica considerablemente la descripción de los criterios y su aplicación:

LOS EVALUADORES:

La finalidad del Evaluador es ayudar al usuario a hacer una elección objetiva y sistemática del trayecto más adecuado a seguir, en función del terreno y la información nivometeorológica del momento en cierto macizo montañoso. Con la combinación de esta información, ofrece una clasificación temporal del terreno en:

  • Verde: terreno que exige precaución normal
  • Amarillo: terreno que exige precaución extraordinaria
  • Rojo: terreno por el que no se recomienda transitar

Evaluador canadiense:

Combina la clasificación del terreno ATES con la información proporcionada por el Boletín de Peligro de Aludes (BPA). Este evaluador tiene la ventaja de tener en cuenta esas 11 variables discretas que se utilizan para la elaboración de la clasificación del terreno ATES. El diagrama es el siguiente:

Con la ayuda del gráfico evaluador podemos conocer las precauciones que se deben tomar en cada uno de los diferentes tipos de terreno por los que podríamos elegir movernos. Constatamos, por ejemplo, que si el trayecto elegido transcurre por terreno simple no necesitaremos tomar precauciones especiales salvo en los casos en que el nivel de peligro de aludes sea 3 (notable) o superior. Si dicho nivel fuera 4 (fuerte) deberíamos tomar precauciones extras, y si fuera 5 la recomendación sería no transitar por esa ruta. En el caso opuesto, si el trayecto considerado discurre por terreno complejo, el evaluador nos recomendaría tomar precauciones extras incluso con el nivel mínimo de peligro de aludes (débil, nivel 1), y con nivel de peligro igual o superior a 3 (notable) nos recomendaría no transitar por esa ruta.

Evaluador alemán:

Combina la pendiente del terreno con la información proporcionada por el Boletín de Peligro de Aludes. Este evaluador ofrece dos modelos: uno para terreno cóncavo; y otro para terreno convexo.

Este evaluador tiene la ventaja de no necesitar que haya una clasificación del terreno ATES de la zona por la que queremos transitar. Sólo será necesario estimar correctamente la pendiente del itinerario para evaluar si debo o no circular en base al índice proporcionado por el Boletín de Peligro de Aludes. Por ejemplo, si el trayecto elegido transcurre por pendientes menores de 30º, sólo si el índice de peligro del BPA es 4 (fuerte) o mayor estaría desaconsejado transitar, y con índice 3 (notable) deberíamos emplear algún método de reducción de riesgo. Si la pendiente fuera de 40º, ya con índice 3 (notable) o mayor estaría desaconsejado transitar, y con índice 2 (limitado) deberíamos emplear un método de reducción de riesgo.

Estos métodos de reducción de riesgo serán tratados próximamente.

Texto: Luis Pantoja; Imágenes: equipo RECmountain

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