Archivos diarios: 2 September, 2014
Las Nubes: ¿Qué son?
Las nubes nos proporcionan una variedad infinita de paisajes en el cielo, con una gama de colores a la altura de una paleta de pintor. Pero además de su belleza plástica nos puede dar información de qué está pasando en la atmósfera y qué nos espera en las próximas horas. Algo que a los que nos gusta la montaña, nos es de gran utilidad.
A muchas personas en su rutina diaria de casa al trabajo y del trabajo a casa, sólo les importa si va a llover para cogerse el paraguas o si va a hacer frío para abrigarse un poco más. Pero si le prestamos un poquito de atención al cielo, descubriremos que éste nos ofrece las claves para interpretar lo que ocurre en la atmósfera. Y son las nubes y los meteoros las que más información nos proporcionan del tiempo que tenemos y del que vamos a tener próximamente.
El aire en la atmósfera contiene una cantidad variable de vapor de agua que puede representar entre el 4 % y casi el 0 % de su composición. Un volumen dado de aire puede contener una cantidad máxima de vapor de agua que depende de su temperatura y su presión: a mayor temperatura o menor presión, más cantidad de vapor de agua puede contener. Cuando superamos esa cantidad máxima de contenido de vapor de agua, éste se transforma en gotitas (condensación) o en cristales de hielo (sublimación inversa), y se forma una nube. Es decir, una nube es una suspensión de gotitas de agua y/o cristales de hielo en la atmósfera.
El proceso de transformación del vapor de agua en gotitas o cristales de hielo en la atmósfera (nucleación), se ve favorecido por la existencia de partículas sólidas en el aire (sales marinas, polvo, cenizas, etc…) llamadas núcleos de condensación o congelación. Sin estas partículas sólidas higroscópicas (amantes de la humedad), no se formarían gotitas de agua hasta bajar de los 0º C, o no se formarían los cristales de hielo hasta alcanzar los -40º C.
Estas gotitas o cristales tienen un diámetro de 0,02 mm y van creciendo por un proceso de absorción de humedad (coalescencia) y por colisión entre ellas, llegando a formar las gotas de lluvia de unos 2 mm de diámetro y los distintos tipos de cristales de nieve. Cuando el peso de estas gotas de lluvia o cristales de nieve ya no es soportado por las corrientes de aire dentro de la nube, se produce la precipitación. En ocasiones, las corrientes de aire ascendentes son tan fuertes que elevan las gotas de lluvia hasta niveles altos, en donde las temperaturas bajo cero las congelan en granizos de hielo.
El que una masa de aire llegue a saturarse de humedad y forme nubes se debe fundamentalmente a que reciba un aporte de humedad o a que se enfríe lo suficiente.
El aporte de humedad necesario puede deberse a que la masa de aire atraviese una zona marina o lacustre, o una zona forestal en donde la evapotranspiración es importante. En la siguiente imagen se puede ver como la nube ocupa la superficie del embalse ya que éste aporta la humedad necesaria a la masa de aire para llegar a la saturación y condensación.
El enfriamiento necesario puede estar causado porque la masa de aire transite por una región más fría o por enfriamiento nocturno del suelo formando nieblas. Pero este enfriamiento también puede estar causado por ascenso de esas masas de aire en la atmósfera (enfriamiento adiabático).
El ascenso de una masa de aire en la atmósfera puede deberse a diversos motivos como el relieve del terreno (nubes orográficas y de onda), la llegada de una borrasca o un frente (nubosidad frontal), la convergencia de vientos en superficie (nubes de desarrollo vertical) o los movimientos convectivos debidos al calentamiento diurno del suelo (nubes convectivas y de tormenta).
Para poder distinguir unas nubes de otras nos vamos a fijar en diversas características:
FORMA:
Dependiendo de la forma que tiene cada elemento nuboso, distinguimos:
- Cumuliformes: nubes que aparecen aisladas, globosas y redondeadas.
- Estratiformes: son nubes con mayor dimensión horizontal que vertical.
- Filiformes: nubes que parecen filamentos dehilachados, lineales, más o menos enmarañados.
Hay que tener en cuenta su dimensión vertical, es decir su espesor entre la base y la cima de la nube. Algunas sólo tienen algunas decenas de metros pero otras tienen un espesor de varios kilómetros, pudiendo llegar hasta la tropopausa (a 9 – 15 km de altitud) y cuasar fuertes tormentas.
Según la altitud a la que se encuentran distinguimos entre nubes bajas (entre la superficie y los 3 ó 4 km), nubes medias (entre los 3 y los 6 ó 7 km) y nubes altas (entre los 6 km y el límite superior de la troposfera entre los 9 a 15 km). Por encima de esta altitud existen algunos raros tipos de nubosidad, nubes especiales.
Su color, brillo, luminosidad, opacidad y estructura nos determina las siguientes variedades:
- Filosus: en forma de filamentos
- Uncinus: en forma de ganchos
- Translucidus: dejan entrever el sol o la luna
- Opacus: no dejan entrever el sol
- Fractus: rotas por el viento fuerte.
- Lenticularis: en forma de lente
- Mediocris: de tamaño mediano
- Congestus: muy desarrolladas
- Capillatus: con forma de cabellera
- Mammatus: con forma de mamas globosas
- Virga: con precipitación que no llega al suelo
Texto: Luis Pantoja; Imágenes: equipo RECmountain