Archivos diarios: 30 November, 2011
Tajo de Los Machos con esquís
En pocos lugares podemos ascender un tresmil con esquís mientras contemplamos como brilla el mar al fondo. Ascender por las Alpujarras hasta el Tajo de los Machos en Sierra Nevada, no hay que perdérselo.
Ficha Técnica Mapa de Situación
Gracias a nuestros amigos de Nivalis en Granada pudimos disfrutar de una de las excursiones más bonitas que con esquís de travesía puedes realizar en Sierra Nevada. Nos llevaron hasta Las Alpujarras en este comienzo de invierno en el que la nieve hizo acto de presencia relativamente pronto y gracias a los fríos en cotas altas, se conservaba bastante bien hasta en esta vertiente sur de la sierra.
Capileira y el Mulhacen al fondo.
Desde Soportujar ascendimos en coche por carriles hasta muy cerca del refugio de La Piuca Cuando la nieve nos impidió pasar con los coches nos calzamos los esquís y continuamos hasta el refugio por la pista y a partir de allí fuimos ganando altura por el bosquecillo de pinos en dirección al Pico de Las Alegas. Con un poco de suerte puedes ir enlazando neveros para no tener que descalzarte, ya que esta ladera orientada ligeramente al noroeste, aguanta bien la nieve.
Remontando desde el refugio de La Piuca.
Abandonando el bosquecillo de pinos.
Kike Ribas (snowtracks) en la ladera del Pico de Las Alegas con el Mediterráneo al fondo.
Dejando el Pico de las Alegas a la izquierda, continuamos subiendo hasta el cordal entre éste y el Tajo de Los Machos, que aparece al fondo. Las vistas se amplían a todo el valle de Poqueira, con el Mulhacen, La Alcazaba y El Veleta rematando el valle por el norte. Y si volvemos la vista al sur podemos ver los brillos del mar Mediterráneo apareciendo entre la bruma de la costa. Es un espectáculo impresionante poder foquear con el mar de fondo.
El grupo en el collado entre el Pico de Las Alegas y el Tajo de Los Machos.
Rodeando la vertiente oeste justo antes de la cima del Tajo de Los Machos.
Llegando a la cumbre con el Mulhacen al fondo.
El último tramo de la ascensión flanquea las rocas de la cima del Tajo de Los Machos por la derecha, por la vertiente noroeste, por donde tenemos que tener precaución para no resbalar hacia las pendientes empinadas que bajan por esa ladera. Después de unas tres horas de ascensión, un rodeo a la cumbre y estamos sobre ella a 3088 m sobre el mar, nunca mejor dicho. Con el día tan espectacular que tuvimos, hasta pudimos tomarnos aquí arriba el bocata y prepararnos tranquilamente para lo mejor: la bajada hasta el coche.
Bocata y a quitar pieles.
Mulhacen y Alcazaba desde la cima del Tajo de Los Machos.
Kike empezando el descenso de la cara sur del Tajo de Los Machos con el mar brillando al fondo.
El descenso podemos afrontarlo directamente por la ladera suroeste hasta el fondo del valle para luego atravesar hacia el sur hasta el refugio. Nosotros preferimos bajar por la vertiente sur, amplia, fácil y rápida hasta el collado entre el Tajo de Los Machos y las Alegas. Allí un corto foqueo nos lleva hasta la cima de este último Pico desde donde afrontamos directamente el descenso hacia el refugio de la Piuca.
Palas amplias hacia el collado antes del Pico de Las Alegas.
Kike en la vertiente oeste del Pico de Las Alegas.
Bajando por Las Alpujarras.
Esta ladera, con un poco más de inclinación que la anterior (30º), nos va conduciendo hacia el bosquecillo, primero de pequeños pinos fácilmente esquiable y luego más denso. En esta última parte del descenso conviene acertar al escoger las pequeñas vaguadas que acumulan la nieve y descienden hacia el refugio. Aquí, la experiencia de Javi y sus amigos nos llevaron directamente al refugio.
Entrando en la zona de bosque.
El bosque poco a poco se hace más denso.
Y en ocasiones no sabes ni donde girar.
Una bajada que recordaremos no sólo por combinar la nieve y la contemplación del Mediterráneo al fondo, si no, sobre todo por la estupenda compañía de la gente de Nivalis que os aconsejamos conocer en su tienda de Cenes de la vega.
Texto e imágenes: equipo RECmountain
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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.