Ski-Alpinismo Peñalara

Por fin hemos podido disfrutar de la nieve y el hielo en la Sierra de Guadarrama. Unas jornadas intensas y con unas condiciones excelentes para empezar el invierno pinchando con nuestros piolets y deslizando con nuestras tablas. Unas condiciones efímeras a las que ya nos tiene acostumbrados estas montañas tan afectadas por el calentamiento global.

Hemos comenzado diciembre con unas nevadas suficientes como para cubrir de blanco nuestras montañas. Aunque las nevadas no han sido especialmente copiosas, se han rellenado tubos y circos, y han cencellado las rocas y paredes de la sierra. Con estas condiciones y sin esperar a que el tiempo mejorase, nos lanzamos a catar el poco hielo que chorreaba por algunos canalones. Son unas condiciones que nos gustan especialmente porque te obligan a ser delicado y pinchar solo lo justo para apoyar y traccionar con los piolets. En el sector de Zabala, y en los Diedros y Pasillos de la Hermana Mayor, hemos podido estrenarnos y pelearnos con los pequeños resaltes helados que había.

Peleándonos con la niebla engelante que nos obligaba a limpiar continuamente de hielo la máscara, nos calzamos los esquís para descender buscando las referencias rocosas. Y aunque la nieve era escasa, enlazando palas podías descender hasta la Laguna Grande e incluso al Puerto de Cotos. De hecho, es la zona de bosque en donde mejor se esquiaba, ya que a la mejor visibilidad se le unía una nieve polvo compacta en la que no pillamos ni un tiburón.

La sorpresa nos la llevamos al día siguiente, cuando empezó a mejorar el tiempo. Siguiendo el buen olfato de Alberto, que no suele fallar en estas cosas, empezamos la foqueada en la curva 1600 con nuestro amigo David, para subir hasta la Hoya de Pepe Hernando y remontar el Tubo Ruau. Con unos 20 cm de nieve polvo sobre una base escasa pero compacta, alcanzamos la cima de Peñalara envueltos en la niebla. Sorprendentemente, al llegar arriba el cielo nos bendijo con buena visibilidad y nos concedió un descenso abriendo huella por la nieve polvo del tubo, de esos que se recuerdan toda la temporada. Con la sonrisa en la cara, vuelta a remontar y repetición de la bajada, esta vez continuando por el bosque con condiciones casi perfectas, hasta la misma carretera.

Ya por la tarde, subida a Peña Citores para disfrutar de la puesta de sol y las maravillosas luces de Guadarrama antes de la llegada de las anunciadas lluvias. Los colores del atardecer pusieron la guinda a estos días únicos que cada vez son más escasos.

Y la previsión se cumplió y llegó el diluvio, con más de 160 l/m2 de lluvia que aparte de llevarse buena parte del manto nivoso, arrasó con carreteras, pistas y alguna construcción. Resignados ante la realidad de que estas condiciones invernales cada vez van a ser más escasas, esperaremos la siguiente oportunidad para aprovecharla. Mientras tanto, seguiremos intentando cambiar nuestras costumbres hacia un modo de vida más comprometido con la naturaleza a la que pertenecemos.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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