Morezón, canal de La Uña

Esta canal se encuentra en la vertiente oeste del Morezón, entre los contrafuertes rocosos que la separan de su cara norte. Una estrecha entrada entre rocas que da acceso a unas palas amplias que nos llevan a una salida también estrecha y empinada que no siempre es accesible con los esquís. Una canal que teníamos pendiente y que por fin pudimos realizar en la primavera del 2018.

Ficha Técnica                                   Mapa de Situación

                        

El Morezón presenta una vertiente oeste amplia que vierte directamente a la Laguna Grande. Es la entrada más directa e interesante al Circo desde la Plataforma. Normalmente se desciende el itinerario que llamamos la “Oeste Directa” http://recmountain.com/morezon-directa-de-la-cara-oeste/ , una ruta con pendiente no muy fuerte pero mantenida hasta el final, y que presenta una parte baja algo laberíntica cuando hay escasez de nieve. Mirando el Morezón desde enfrente, a la izquierda de este itinerario tenemos otro igual de interesante, la “Cara Oeste”, y más a la izquierda y tras un espolón rocoso, se dibujan “Los Embudos” http://recmountain.com/embudos-del-morezon/ , la línea más técnica y bonita de esta montaña. Pues todavía más a la izquierda encontramos “La Uña”.

Aprovechando el buen final de temporada de este año 2018 y ya con unas condiciones casi veraniegas, remontamos desde el Prado de las Pozas junto a los torrentes que van rebosantes de agua y de vida. Ya desde el principio vamos ascendiendo sin perder de vista el cielo: las amenazantes nubes se van desarrollando con rapidez, más de lo esperado y, aunque sabemos que llegarán las tormentas, esperamos que nos dé tiempo a rematar esta temporada tan provechosa en la que hemos podido descender varios de nuestros objetivos del “Proyecto Gredos” http://recmountain.com/riscos-del-frances-canal-recta/ .

Comenzamos bajando la zona más empinada de la Pala Amezúa en la cara norte del Morezón para enseguida, Arrimarnos al espolón noroeste de esta montaña, que separa la cara norte de la oeste. Encontramos la nieve primavera ni muy blanda ni muy dura. Perfecta para intentar el descenso de La Uña.

Lo primero es acertar con la portilla que da acceso a la canal y no equivocarnos de bajada ya que alguna está cortada en este final de invierno. Alberto con su buen olfato la encuentra a la primera. Una pequeña brecha por la que podemos atravesar la cresta rocosa. Pero la tormenta se desata y tenemos que refugiarnos bajo un bloque de piedra hasta que la lluvia, nieve y granizo nos dan una tregua. Por fin parece que este primer núcleo tormentoso está pasando de largo, y esperando que antes de que llegue el próximo podamos descender la canal, comenzamos el descenso.

El primer tramo es de los que le gustan a Alberto, estrecho, expuesto, empinado, entre rocas. Pero despacito, y apoyando los cantos entre las imperfecciones de la roca, conseguimos pasar esta compleja entrada. Es posible que en años con más nieve, este paso no sea ningún problema, pero ahora necesita de concentración.

Tenemos bajo nuestras suelas la zona intermedia de la bajada: una pala algo empinada que se va ampliando según descendemos. Todo este sector que no es difícil, mantiene eso sí, la exposición ya que la canal va girando a izquierdas y cualquier caída te llevaría contra las rocas y cortados que hay por debajo.

En esta zona intermedia tenemos la suerte de que hasta se cuelan los rayos de sol entre los cumulonimbos. Disfrutamos de unos buenos giros antes de llegar a la parte final que no sabemos cómo nos la vamos a encontrar.

Llegamos a la embocadura de una estrecha canal que vuelve a empinarse y que desde aquí arriba no acertamos a ver si tendrá o no continuidad. Nos vamos introduciendo en la canal que cada vez se estrecha más. Unos giros de precisión entre las planchas de roca, nos llevan hasta el último paso complicado.

Vemos que la línea de nieve tiene continuidad hasta la pala de abajo, pero el paso es una columna de nieve hueca en el que sólo apoyan los patines. Nos planteamos pasarlo haciendo un recto y frenar pasada la columna, pero la zona de frenado está dura y tiene unas rocas aflorando. No vemos viable esa opción e intentamos pasarla con los esquís puestos pero tras intentarlo ambos, llegamos a la misma conclusión: es muy posible que la columna se desmorone y caigamos al agujero de varios metros entre rocas. Si esto ocurre es mucho peor llevar las tablas, así que nos descalzamos y descolgamos los esquís al otro lado del agujero, en el interior de la cueva formada. Con los crampones puestos destrepamos la columna con suavidad máxima y conseguimos pasarlo.

Mientras hemos estado haciendo las maniobras la tormenta se ha desatado sin clemencia alguna. El granizo nos azota la cara y los rayos no dejan de caer alrededor. Pero tenemos que salir de allí cuanto antes ya que de la cueva chorrean cascadas de agua que pueden conducir las descargas. Fuera ya de la canal nos acurrucamos mientras la tormenta explota, en espera de que pase cuanto antes.

Por fin volvemos a tener un respiro entre tormentas y nos lanzamos Pala Amezúa arriba rápidamente, con la esperanza de que nos dé tiempo a volver a La Plataforma. Y tenemos suerte: disfrutamos de estas laderas finales de la bajada al Prado de Las pozas con las nubes rodeándonos y amenazándonos, pero sin rayos.

La canal ha resultado la guinda a una fructífera temporada para nosotros, de descensos en esta sierra. Llevamos cuatro años del “Proyecto Gredos” y nos parece que esto no ha hecho más que comenzar.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña