Auroras Polares

Las auroras polares son uno de los más impresionantes espectáculos que nos ofrece la atmósfera. Las también llamadas luces del norte (northern lights), encienden los oscuros cielos de las regiones polares con cortinas de colores que nos sobrecogen. Hacer esquí de montaña bajo las auroras era el objetivo de nuestro viaje a Noruega. Las líneas que pudimos esquiar serán objeto de otros reportajes, pero ahora vamos a contaros qué son las auroras, cómo se forman y dónde observarlas.

Mapa de Situación                                                     Vídeo

                    

Una aurora polar (aurora boreal en el hemisferio norte o austral en el sur) es un meteoro que se produce en la Ionosfera y que es manifestación de la electricidad en capas altas de la atmósfera. Son luces de colores, normalmente verdes, anaranjadas o violetas, formando cortinas, bandas o jirones que se van moviendo por la bóveda celeste con mayor o menor intensidad y brillo. Normalmente sólo son visibles desde latitudes muy altas, por encima de los 60º norte o sur, y predominantemente durante los meses de invierno cuando las noches tienen una mayor duración.

Nosotros nos fuimos a Lyngen (más info de Noruega) con la intención de hacer esquí de montaña bajo ellas y tuvimos suerte: simplemente ESPECTACULAR.

FORMACIÓN DE LAS AURORAS:

La superficie del Sol se encuentra a unos 6000 °C y conforme nos vamos separando hacia capas superiores de la corona solar, la temperatura aumenta en vez de disminuir, alcanzando hasta 3 millones de grados. Esto produce una emisión continua de radiación en un amplio espectro de longitudes de onda, y también de partículas cargadas de energía que conforman el viento solar. Las partículas del viento solar viajan a velocidades de hasta 1000 km/s, y recorren la distancia entre el Sol y la Tierra en aproximadamente dos días. Este flujo es más intenso cuando se producen tormentas solares y este viento solar llega hasta nuestro planeta chocando con el campo magnético terrestre, la magnetosfera.

El viento solar impacta con la magnetosfera terrestre que conduce las partículas cargadas de energía hacia los polos (Imagen: ytimg.com).

El viento solar empuja y deforma la magnetosfera y sus líneas de fuerza, de manera que en lugar de parecer las líneas de fuerza simétricas de un gigantesco imán colocado en el interior de la Tierra de norte a sur, estas líneas quedan achatadas frente al viento solar y son alargadas en la dirección contraria al Sol como si fuera la cola de un cometa. Las partículas cargadas quedan atrapadas en la magnetosfera y viajan a lo largo de las líneas de campo magnético acumulándose así en los dos polos magnéticos terrestres.

Aurora austral formando un anillo en torno a la Antártida (Foto: Nasa).

Allí, en torno a las zonas polares, estas partículas colisionan con los átomos y moléculas de la alta atmósfera de la Tierra que se encuentran en su nivel más bajo de energía. El aporte de energía proporcionado a estos átomos provoca estados de alta energía también llamados de excitación, y liberan entonces esa energía en forma de radiación electromagnética, manifestándose ante nuestros ojos como luz visible. Estas emisiones luminosas que llamamos auroras, se producen entre los 95 y los 500 km respecto a la superficie terrestre, en la Ionosfera, porque a esa altitud la atmósfera ya es suficientemente densa para que los choques con las partículas cargadas ocurran con suficiente frecuencia.

Los gases de la Ionosfera (a 100 km de altitud) excitados por la radiación solar, emiten energía luminosa produciendo las auroras (Foto: Nasa).

SUS FORMAS Y COLORES:

Las auroras tienen formas, estructuras y colores muy diversos que verían de manera continua. Pueden aparecer como un arco aislado muy alargado que se va extendiendo en el horizonte, o como ondas o rizos a lo largo del arco y también estructuras verticales a modo de cortinas alargadas y delgadas. Pueden aparecer bandas, espirales, y rayos de luz que tiemblan y se mueven rápidamente por la bóveda celeste. Su actividad puede durar desde unos pocos minutos hasta horas.

«Pero… ¿con qué velocidad se mueven?»

Para aquellos que nunca han visto una aurora es muy difícil imaginarse su apariencia exacta. Rara vez se ven vídeos a tiempo real porque las condiciones de luz de la noche son demasiado bajas para la mayoría de las cámaras. La mayor parte de las fotos que encontramos cuando buscamos este fenómeno son fotografías en exposición y la forma más común de captarlo en vídeo es realizando timelapses que nos muestran en pocos segundos lo que realmente ocurre en periodos de varias decenas de minutos. Es decir, la mayoría de los videos de auroras están hechos a cámara rápida.

¿Somos capaces de observar el movimiento y la variación de color e intensidad de las auroras a simple vista?

Sí. De hecho su velocidad puede ser muy variada y prácticamente imprevisible. En ocasiones veremos dibujado en el cielo este fenómeno de manera casi estática y continuada; de la misma manera un mismo destello puede cruzar el cielo en apenas un segundo e iluminar el ambiente.

«Y… ¿se ven tan bien como en las fotos?»

Depende. Cuando el fenómeno es tenue nuestros ojos dejan de apreciarlo mucho antes que una buena cámara. De hecho, cuando empieza a caer la noche y aun no se ven auroras, un buen truco para descubrir en qué parte del cielo va a ser posible verlas es hacer fotografías hacia distintas zonas de la bóveda. Si la aurora está comenzando a producirse, la cámara nos lo mostrará antes de que podamos verlo a simple vista.

Las noches en las que hay auroras fuertes podemos dejarnos impresionar sin envidiar nada al objetivo de nuestra cámara. Si tenemos suerte y algo de paciencia, seremos partícipes de un espectáculo absolutamente increíble.

¿Por qué tienen diferentes colores?

Sus colores dependen del átomo o molécula que las partículas del viento solar excitan, y del nivel de energía que alcancen éstos. Si la energía que llega afecta a niveles de la atmósfera con alto contenido en Oxígeno, dependiendo de la longitud de onda de la radiación que llegue, producirá auroras de color verde o rojo que son los más habituales. Si esa radiación que llega excita fundamentalmente a los átomos de Nitrógeno, producirá auroras de color azulado. Y si son las moléculas de Helio las más afectadas por esta radiación, producirá auroras de color púrpura o violeta, sobre todo en sus bordes.

Colores verdes y rojos del Oxígeno y púrpuras del Helio.

DÓNDE SE OBSERVAN:

A pesar de ser un fenómeno frecuente de latitudes muy altas, no es exclusivo de ellas. En ocasiones especiales puede resultar visible en latitudes medias como la nuestra, o incluso en el ecuador. La probabilidad de avistar una aurora polar depende de la latitud magnética, próxima pero no igual a la geográfica. A 67º de latitud magnética (cerca de los Círculos Polares) son un fenómeno habitual. Se pueden ver muchas noches desde finales de otoño hasta el comienzo de la primavera. A 57º la frecuencia de observarlas es de una o dos veces por mes; A 47º tan sólo se pueden ver en promedio una o dos por año. En nuestras latitudes, a unos 40º, las probabilidades de observarla son cada muchos años y muy cerca del horizonte. En el ecuador sólo se puede ver una aurora boreal aproximadamente cada dos siglos.

En latitudes bajas suelen estar cerca del horizonte y ser tenues; a veces pueden parecerse a los cirros ante el ojo humano.

Las auroras en latitudes bajas son raras, pero se han producido en numerosas ocasiones. Este pasado invierno pudieron verse desde el norte de Francia. El 20 de noviembre de 2003 se pudo observar también desde gran parte de Europa. En el año 2001 se observó una desde Niza. En España son muy raras pudiéndose observar unas pocas en todo un siglo, y existe documentación de observación en varias ocasiones, una de las últimas en el año 2000. En 1909 se llegó a observar desde Singapur y en septiembre de 1859 desde Hawai.

LA AURORA DE LA GUERRA CIVIL:

En un pueblo del norte de Palencia en donde trabajaba mi abuela de maestra, una noche se observó un resplandor rojizo en el horizonte que hizo salir a la gente a la calle asustada pensando que se incendiaba el monte. Tuvo que tranquilizarlos explicándoles que estaban viendo una aurora boreal. Aun mi madre recuerda esta historia, que ocurrió cuando tenía 8 años de edad. Fue el 25 de enero de 1938 en plena Guerra Civil y presentó su máximo entre las 20 h y las 3 h de la madrugada del día 26. En buena parte de España cundió el pánico pensando que el resplandor se debía a que las ciudades ardían en llamas debido a los bombardeos enemigos. Se extendió un sentimiento de misticismo y milagrería en torno a la idea de que era una señal divina debido a la barbarie de la guerra.

Una aurora roja en Figueres, 6 de abril del año 2000 (Foto: Tiempo.com).

La luz predominantemente era rojiza y fue tan intensa que llegó a ser visible incluso desde Andalucía. La Gran Aurora pudo verse en toda Europa y gran parte de Norteamérica, y llegó a observarse hasta en Las Bermudas y California. Se interrumpieron todas las comunicaciones transatlánticas de radio y en muchos lugares se pensó que la ciudad ardía en llamas. Muchos católicos vieron en ella el cumplimiento de una de las profecías de la Virgen de Fátima que anunciaba que el mundo estaba a punto de ser castigado con el hambre y la guerra. No le faltaba razón.

CLASIFICACIÓN Y PREDICCIONES:

Debemos tener en cuenta las bandas geográficas en las que es o no posible observar la aurora. Estas bandas se muestran en los mapas de previsión de observación. También existe una clasificación según la intensidad prevista y que es la que utilizan las organizaciones dedicadas a informar de la probabilidad de observación de auroras. La escala va del 0 al 9 y para que os hagáis una idea, nosotros pudimos observarlas en Noruega con una previsión de intensidad del 3 ó 4.

Instituto Geofísico de Alaska

Servicio Meteo de Islandia

Pronóstico de auroras europeo

Noaa

Tenéis mucha más información sobre Noruega y sus auroras en: Visit Norway

App: Norway lights

Aquí os dejamos unas fotos obtenidas por composición de imágenes en exposición de 30 segundos durante aproximadamente 1 hora de duración. Al rededor de la estrella polar giran las estelas de las estrellas (startrails). No son imágenes fieles a lo que ve el ojo humano pero nos pueden dar una idea de la actividad de las auroras durante este lapso de tiempo:

 

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: Meteorología, NATURALEZA