Corriendo por Claveles al atardecer

Ayer nos dimos una carrerita por Claveles y Peñalara y el cielo nos regaló unas luces preciosas. Sólo disponíamos de una cámara pequeña, pero aún así, merece la pena que os enseñemos estas imágenes, tan sólo por la belleza de este lugar tras pasar una semana con tiempo revuelto.

Salimos a eso de las 6:30 de Cotos sin ninguna prisa. Estos días ha nevado un poco y las montañas se han vuelto a cubrir parcialmente de blanco.

Elegimos el camino que atraviesa hasta la Laguna de los Pájaros para acceder más tarde a la cresta, ya que de la manera contraria tendríamos sombra en el camino de vuelta.

Como siempre, nos entretenemos con cualquier cosa que vemos. Se nos ocurrió saltar sobre el ventisquero que se ha formado debajo del nevero que rodea esta laguna. Al fondo el tubo Ruau, todavía con continuidad suficiente para poderlo esquiar.

Recepción blanda pero heladora si llevas pantalón corto y zapatillas. En algunos puntos nos hundimos hasta la cintura.

Continuamos hacia Los Pájaros. Correr por esta nieve es divertido porque vas rompiendo la costra, pero en ocasiones clavas el pié más de la cuenta y los tobillos chocan contra la dura capa superficial. Al final del día terminamos con las piernas llenas de rallas rojas.

Aun así tenemos cuidado porque si se te cuela el pié en un agujero …bueno, mejor no pensarlo.

Todavía quedan grandes neveros en la Sierra. Con suerte este frío retrasará su desaparición.

A estas horas la nieve ya está lo suficientemente dura como para patinar ladera abajo con las zapatillas.

Se pone el sol en la Laguna de Los Pájaros. ¡Hay que darse prisa para que no se nos haga de noche!

¡Espera, que la foto anterior no ha salido bien!  Mucho mejor así.

Más bien parece que Álvaro tiene un caballo invisible. Al fondo se ve la Cresta de Claveles, que subiremos tras cruzar el desagüe de la laguna.

Al fondo el Valle de Lozoya.

¡Ey! ¡Que es «pal otro lao»!

Tened cuidado estos días. La nieve se endurece mucho cuando el sol se esconde y un resbalón con las zapatillas nos lleva hasta las rocas de abajo.

Este ondulado ventisquero está mucho más duro de lo que parece.

Intentamos evitar pisar la nieve a toda costa.

La luz del atardecer va encendiéndose por momentos, momentos de felicidad.

Comenzamos a crestear desde el RIsco de Los Pájaros hasta la cima de Peñalara.

A un lado, precipicios y oscuridad. Al otro, la meseta completamente iluminada.

Correr dando saltos por la Cresta de Claveles con una luz preciosa. No hay otra cosa que en este momento nos pueda aportar más felicidad. (Bueno, con unos esquís en la cima, a lo mejor…)

Parece que Alberto está corriendo sobre las rocas, pero si lo vemos desde otro ángulo…

…voilá!

Vamos deprisa pero con los pies de plomo.

Podemos observar muchas de las líneas que hemos hecho este invierno y que están ahora impracticables.

No sobra el Gore-Tex, y menos si de vez en cuando te paras a hacer fotos.

Esta es la zona más divertida de la cresta.El sol aparece cada vez de manera más intermitente.

Llegamos al último canchal que hay legando a la cima de Peñalara.

¡No vale pisar la nieve!

Indescriptibles momentos antes de bajarnos a Cotos…

…pitando y dando saltos.

Que disfrutéis mucho de estos últimos días de nieve en la montaña, ya sea esquiando, corriendo, volando, andando, haciendo fotos o lo que a cada uno se le ocurra. Ah y por cierto, no seáis cazurros como nosotros y acordaos de llevar el frontal en la mochila para no bajar a oscuras.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: MONTAÑA, Trail