Elbrus: aclimatando por el valle de Baksan

Sumidos en los calores de julio nos resistíamos a guardar los esquís, así que buscando la nieve nos dirigimos al Elbrus, que con sus 5642 m es la cima de la Europa oriental. La idea de bajarlo con esquís hacía tiempo que nos rondaba la cabeza.

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Y es que, después de una temporada invernal un tanto escasa de nieve en Europa, nos quedamos con ganas de continuarla, así que decidimos ir a lo más alto del continente a ver si allí teníamos más suerte. El grupo lo formamos nosotros tres (Lis, Álvaro y Alberto), nuestros padres (Visi y Jorge, y Paloma y Luis) y tres amigos (Mariano, Jesús y Rodrigo). Nos habíamos estado preparando a conciencia: muchas carreras de esquí de montaña; muchos kilómetros esquiando fuera de pista en Pirineos y Alpes; y unas cuantas escaladas en el Atlas, Andes y TienShan.

Álvaro, Lis y Alberto de tránsito en Moscú.

En el aeropuerto de Moscú en tránsito hacia Mineralnye Vody en el Caucaso, y con 35º nos pusimos las botas de esquí y los pantalones y chaquetas de montaña para evitar pagar sobrepeso en el avión. Fueron unos minutos de sofoco, pero nos ahorramos un dinerillo, ya que los 25 kg permitidos nos resultaban escasos llevando esquís.

A 35º y con las botas puestas.

Ya en la república de Kabardino-Balkaria nos alojamos unos días para aclimatar en Cheget, un pueblo rodeado de preciosos bosques y ruinosos edificios abandonados, y núcleo turístico con unos antiguos remontes de esquí que dan acceso a unas laderas impresionantes.

El pueblo de montaña de Cheget.

La cordillera del Cáucaso es de origen alpino, muy agreste y con varios picos de más de 5000 m. Imponentes agujas se elevan por encima de glaciares de gran extensión y sus pendientes son de fuerte inclinación y gran complejidad.

Las agrestes cumbres del Donguzorum.

El Elbrus, sin embargo, es un volcán de dos cimas casi gemelas formadas por rocas plutónicas con un relieve mucho más suave que sus montañas vecinas, pero a las que supera en más de 1000 m de altura, y rodeada por un casquete glaciar de gran extensión. Una montaña fría y con fuertes vientos.

Los glaciares rodean la cima del Elbrus.

Existen instalaciones de esquí en Cheget (3 telesillas, 1telearrastre) que nos elevan hasta 2950 m, y en Azau cerca de Treskol (2 telecabinas, 2 telesillas) que nos llevan hasta 3700 m, al pie del glaciar Garabishi.

Telesilla monoplaza de Cheget. Foto: Jesús Mayor.

Cañones para provocar aludes a distancia y evitar riesgos para los pueblos.

Para aclimatar realizamos las siguientes excursiones, que en temporada invernal se realizan con esquís, y que nos sirvieron también para conocer esta región del Cáucaso y sus gentes:
Cascada “lágrimas de niña”: Partimos de Terskol a 2100 m por la pista que va al observatorio astronómico y a unos 2800 m nos desviamos a la izquierda y encontramos esta cascada que nos invita a ser bautizados con el agua de los glaciares del Elbrus, hasta los que podemos llegar si seguimos ascendiendo.

Cascada “lágrimas de niña” al pie del Elbrus.

Aprovechando para entrenar.

 – Valle del Shkhelda: Desde el Campamento Shkhelda a 1700 m ascendemos hasta la lengua del glaciar del mismo nombre a 2200 m. Aquí contemplamos la gruta de la desembocadura de este glaciar en el que incluso crecen árboles encima del hielo. Remontando el glaciar hacia el sur hasta unos 2800 m., llegamos en 4 horas a la confluencia de los glaciares del Yusengi y del Ushba.

 

Valle del Shkhelda.

Cerca del glaciar Yusengi.

Monte Cheget: Desde el pueblo de Cheget a 2050 m podemos ascender a este pico desde el que se tiene una perspectiva total de la ruta del Elbrus. Nos llevará en torno a las 4 ó 5 horas llegar hasta sus 3461 m, aunque podemos acortar la ascensión si utilizamos los remontes mecánicos del lugar.

Ascendiendo con el Donguzorun al fondo.

El monte Cheget entre nubes.

Pico Gumachi: Ascensión a esta montaña de 3805 m que se realiza en dos jornadas desde el campamento Jantugan a 2000 m, pernoctando al pie del glaciar. Es un excelente mirador de los picos Kashkatash, Bashkara y Jantugan.

Valle del Adylsu.

Los picos Kashkatash y Bashkara.

La previsión de tiempo estable nos anima a ascender gracias a los telecabinas, hasta Barrels, campo base del Elbrus a 3700 m y al borde mismo del glaciar Garabishi. Nos alojamos en unas grandes barricas de chapa, calientes y confortables, que sirven de refugio.

Uno de los grandes peligros del Elbrus: su Telecabina.

Barrels a 3700 m al pie de los galciares del Elbrus. Foto: Jesús Mayor.

Sin perder más tiempo ascendemos “foqueando” hasta el Priut 11 a 4100 m., un antiguo refugio que se quemó y ya ha sido reconstruido, y desde el que algunos prefieren atacar el Elbrus.

 
Hacia el Priut 11.

 El grupo al completo en el Priut 11.

Confirmando nuestras esperanzas, la montaña estaba cargada de nieve polvo y las grietas del glaciar totalmente tapadas, así que el descenso por esta suave ladera lo realizamos a gran velocidad y con amplísimos giros.

 Álvaro bajando del Priut 11.

Siguiendo con nuestro plan de aclimatación, al día siguiente subimos hasta las rocas Pastukhov a 4900 m en 3 horas en lugar de las 4 ó 5 habituales, disfrutando de otro rápido descenso que nos elevó la moral a todos.

 Paloma Dorda bajando de las rocas Pastukhov.

El Elbrus parece estar muy cerca, pero ¿será esto cierto o será sólo una apreciación nuestra?

 Lis, Alberto y Álvaro con el Elbrus al fondo.

Texto: Lis álvarez de Cienfuegos, Álvaro Pantoja y Alberto Pantoja

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: ESQUÍ, Esquí de Montaña