Trekking del glaciar Inylchek

El Inylchek es con sus casi 60 km, uno de los glaciares más largos de Asia. Rodeada de montañas de hasta 7000 metros, se encuentra en el corazón de las “Montañas Celestiales” del Tien-Shan. Recorrer sus hielos hasta las montañas en donde nace, es uno de los trekkings más impresionantes de Kyrgyzstan.

                    Ficha Técnica                                                  Mapa de Situación

                   

Kyrgyzstan es un sugerente país en mitad de la Ruta de la Seda, mezcla entre Oriente y Occidente, Islamismo y Cristianismo, tradición Kirguiz y decadencia soviética. Con una extensión la mitad que España y una población de cinco millones de habitantes, sus grandes cordilleras montañosas se encuentran casi despobladas de no ser por las familias nómadas que aún existen. Sus “Yurtas” (cabañas de estructura de madera recubiertas de fieltros de lana) son el signo de identidad de las distintas tribus kyrgyzes, y símbolo para su bandera.

Mezquita de Karakol.

Típica Yurta Kyrgyz.

Bishkek, su capital, es el típico ejemplo de ciudad soviética sin ninguna personalidad propia, pero es el mejor lugar para realizar los preparativos y las compras necesarias para la montaña. Si su arquitectura  es gris, sus alrededores son verdes y luminosos. Nada más llegar nos sorprende la cercanía de las montañas de la cordillera de Kirguiz-Alatau, rozando algunas de ellas los 5000 m.

La torre Burana de los tiempos de Gengis Khan con el Tien Shan al fondo.

Camino de las montañas rodeamos las orillas del lago Issik-Kul, con su profundo verde esmeralda engarzado entre el plateado de las cordilleras del Kunguei-Alatau al norte y la del Tien-Shan al sur. Este mar interior tiene 160 km de largo y 70 km de ancho, con una profundidad que alcanza los 700 m, y a pesar de encontrarse a 1600 m de altitud, nunca se congela debido a su ligera salinidad y a las corrientes termales que recibe.

Un baño en las playas del Issik-Kul.

Desde Karakol a la orilla del Issik-kul, en camión todo-terreno, nos adentramos por una sinuosa pista de montaña hacia el corazón del Tien-Shan. Atravesamos el “Ashu-Pass” (3830 m), en donde la visión de los restos de otro camión como éste,  al fondo del barranco, no es nada tranquilizadora. Tras 160 km eternos llegamos al desolado puesto policial de Echkilitash, donde comienza el trekking.

Paisaje alpino antes de adentrarnos en el Tien Shan.

En el Ashu-Pass (3830 m).

Puesto fronterizo de Echkilitash, donde comienza el trekking.

Acampamos a 3000 m a orillas del río Tjuz, rodeados por vastas extensiones de verdes  prados de montaña salpicados de flores, y en el horizonte el blanco de los lejanos glaciares hacia donde vamos. A medida que remontamos el río, las praderas van quedando atrás, y los pedregales se adueñan del paisaje. Acostumbrados al gentío de Europa, nos sorprende la inmensidad y desolación de este lugar en el que no hemos visto ni una sola aldea. Sólo las huellas, los esqueletos o las cornamentas delatan la invisible presencia del águila, del lobo, del oso, del esquivo leopardo de las nieve, o del “marco-polo” (enorme especie de muflón).

Primer día remontando el río Tjuz.

Edelweiss por todas partes.

Campamento camino del Tjuz Pass.

Entre los innumerables glaciares que nos rodean, ascendemos al Tjuz-Pass (4001 m), que da acceso al valle del Inylchek. Desde aquí vemos el pico Nansen (5700 m) frente a nosotros, depositando sus lenguas de hielo en el fondo de este inmenso valle. La tormenta nos acompaña hasta la morrena final del glaciar Inylchek en donde acampamos. A partir de aquí remontaremos los 60 km de este caótico glaciar, de más de  3 km de anchura en algunos tramos, hasta su nacimiento en las faldas del pico Pobeda (7439 m) y del Khan-Tengri (7010 m). De estos dos picos parten dos cadenas montañosas que lo flanquean en toda su longitud, y que están formadas por cientos de montañas de más de 5000 m, muchas sin nombre y aún por escalar.

Hacia el Tjuz Pass (4001 m).

El impresionante pico Nansen (5700 m).

Descenso de 1000 m al valle del Inylchek.

Llevamos ya dos días remontando el glaciar, y el sencillo itinerario que aparecía en el mapa, es realmente agotador debido a sus continuas subidas y bajadas por las olas de este inmenso mar de hielo. En la confluencia de los glaciares Inylchek Norte y Sur, se encuentran los misteriosos lagos Merzbacker. Son dos inmensos lagos sobre el glaciar, que ocupan toda la anchura del valle desde una ladera hasta la otra y que, a través de unas grutas en el hielo, desaguan a más de 20 km valle abajo de forma súbita (en menos de tres días), al final del verano.

Primeros kilómetros por el glaciar Inylchek.

Último campamento en “seco” cerca de los lagos Merzbacker.

Avanzando por las morrenas del glaciar.

A medida que avanzamos nuevos glaciares se incorporan al principal y descubrimos otros valles con muchas más montañas, cada vez más altas, algunas ya fronterizas con China o Kazajstán. La mayoría de ellas no tienen nombre, o si lo tienen son tan curiosos como “Cuarenta años de Kyrgyz Soviético”. Tras rodear el pico Dikiy, aparece el impresionante Pobeda que nos recibe con un atronador alud que arrasa los más de 3000 m de su pared norte.

En la confluencia de los glaciares Inylchek Norte y Sur.

Lagos Merzbacker desde el helicóptero que nos llevó de vuelta.

Tras otros dos días llegamos al pie de las montañas que alimentan este glaciar, dominadas por la perfecta pirámide del Khan-Tengri, sin duda una de las montañas más bellas del mundo. Desde el campo base de esta montaña contemplamos los últimos rayos de la tarde proyectando las aristas del pico contra las nubes, en un juego de luces y sombras que las elevan más allá de su cima, justificando así el sobrenombre de “Montañas Celestiales“.

Algunas morrenas son como autopistas por el glaciar.

Cruzando uno de los torrentes del glaciar.

Muy cerca ya del Campo Base del Inylchek Sur.

Bajo el espolón rocoso se asienta el Campo Base, en el glaciar.

Es en este Campo Base donde aterrizan los helicópteros que traen a quienes van a escalar esta montaña. Y son precisamente estos mismos helicópteros los que recogen a los grupos de treking para devolverlos a la civilización en un espectacular vuelo que atraviesa estas cordilleras.

Por fín el confort del Campo Base.

Helicóptero ruso, más parecido a un autobus con hélices.

Khan-Tengri, una de las montañas más bellas del mundo.

Es entonces cuando remontando los collados de más de 5000 metros entre estas gigantescas montañas, te hacen sentir lo diminutos que somos frente a ellas. Pero aunque el treking termina aquí, nosotros nos quedamos unos días más con la intención de escalar alguna de las montañas cercanas…

Gracias a todo el grupo de Ak-Sai travel (www.ak-sai.com ), que hizo posible este inolvidable trekking.

Texto e imágenes: equipo RECmountain

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ADVERTENCIA: Las actividades aquí descritas entrañan riesgos y están realizadas por especialistas y técnicos expertos. Advertimos de la necesidad de practicarlas con la prudencia y experiencia necesarias, con la técnica y el material adecuados y acompañados de guías o monitores profesionales.

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Categorías: Alpinismo, MONTAÑA